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El Telégrafo

El director de la ANT de Pichincha reconoce anomalías en trámites

El director de la ANT de Pichincha reconoce anomalías en trámites
17 de mayo de 2012 - 00:00

En la Dirección Provincial de la Agencia de Tránsito de Pichincha laboran David  Recalde Drouet y Javier Baca Ponce. Los dos son parientes de Carlos Drouet, director de esta entidad. El primero es su sobrino y el segundo es tío de su esposa. Aunque legalmente no constituye delito de nepotismo, Drouet explica esta situación “anómala”. 

A esta situación se unen otras denuncias de irregularidades en contra de funcionarios de las nueve agencias de tránsito de Pichincha por presuntos cobros por “ayudar” a superar pruebas a quienes renuevan licencias de conducir o para matricular vehículos, así como la presencia de redes de tramitadores.

El Telégrafo realizó una investigación que permitió confirmar que Drouet tiene a su sobrino, al tío de su mujer y a allegados y recomendados suyos en varias de las agencias de tránsito. Sin embargo, él se defiende diciendo que no  designa a los jefes de agencia, de recaudación y demás personal, puesto que la evaluación la realiza el área de Recursos Humanos o de Talento Humano de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT).

En cuanto a los parientes que trabajan allí, primero lo negó, pero cuando se le citó nombres y apellidos y entonces admitió: “Sí, David Recalde es mí sobrino, y no está de jefe de agencia, sino que estuvo encargado en la agencia de la Unidad de Vigilancia Norte (UVN)”. Frente a esto se preguntó “¿cuál es el pecado de que haya estado encargado seis meses?”.

Aseguró que enviaron a su sobrino a trabajar en la agencia de la UVN con autorización de la Dirección Ejecutiva de la ANT de ese entonces, liderada por Ricardo Antón, para investigar hechos de corrupción que supuestamente se estaban dando allí.

Agregó que si hay casos de corrupción que involucren a su sobrino, que los afectados lo denuncien ante él, aunque resaltó que “lo que David hizo fue impedir que cierta gente entre a hacer trámites”. El funcionario cree que quienes denuncian la supuesta corrupción y nepotismo son personas que fueron separadas de la ANT.

David entró a trabajar en 2009 cuando su tío lideraba las Coordinaciones Provinciales de la ANT. Luego de seis meses de “investigación” en la agencia de la UNV, ahora está como recaudador de la agencia Sangolquí, en el cantón Rumiñahui, la cual está envuelta de supuestas irregularidades que serán reveladas mañana por este Diario.

Drouet explicó que como resultado del trabajo de su sobrino en la agencia de la UVN, por ejemplo, detectó que el recaudador se llevaba el dinero a la hora del almuerzo, sin explicar cuál era el objetivo, por lo que lo despidió.

También se detectó que en el tema licencias se cobraba por aprobar los exámenes a extranjeros que no sabían leer ni escribir castellano, y que, sin embargo, los pasaban con 20 sobre 20. “Todo eso se cortó y ahora ya está otro jefe de licencias, que es el señor Guanopatín”. Negó que él haya recomendado a David y a Guanopatín.

“No existe nepotismo por si acaso, porque solo existe nepotismo con la autoridad nominadora, no con el resto de funcionarios. Si se hiciera un barrido dentro de la ANT o de las funciones del Estado, se determinaría cuánta gente puede llegar a ser pariente, como el caso de los hermanos Alvarado y Patiño, pero resulta que a ellos no les reclaman ni les dicen nada. Me molesta que se escuche a personas que salieron por actos de corrupción y que se van a quejar y a llorar lágrimas de sangre porque perdieron la teta”, resaltó.

Aseguró que ningún otro pariente suyo trabaja en las agencias de Pichincha. “Esta pobre criatura (David) por ser mi sobrino tiene que pagar las consecuencias. Él hace su trabajo y cuál es el problema. Que lo sepa la gente, a mi qué me importa, no escondo nada”, expresó.

Asimismo, cuando se consultó quién es Javier Baca Ponce, Drouet respondió entre risas: “Es hermano de mi suegro, tío de mi mujer”, y contrarreplicó: “¿Quién le dio esos datos?”. Al no tener respuesta en la revelación de las fuentes periodísticas, él mismo contestó: “Personas que están resentidas”, y resignado aceptó: “No lo voy a negar, los dos son parientes míos”.

Javier es el recaudador de la agencia de tránsito de La Cordero, al norte de Quito, desde agosto de 2011, época en la que Drouet ya era director provincial de Pichincha. Consultado sobre si el tío de su esposa también fue contratado para investigar hechos de corrupción en las agencias respondió: “No”, y dijo no saber qué profesión tiene.

“Hacen eso (los resentidos) porque les duele, les duele, ya que por ejemplo se cerró la agencia de tránsito de la Villaflora, en donde  había denuncias e informes de la Policía de que personal civil de la ANT tomaba en sus sitios de trabajo, de lo cual dan fe las fotografías de botellas (de licor) en horas de trabajo”.

“A la señora que era jefa de la agencia de tránsito de la UVN, Laura Macías, también que le hagan una auditoría de todo lo que pasó allí. Hubo que sacarle y dejarle encargado a David. Si quieren, que me hagan también a mí una auditoría, no tengo miedo, pero que me comprueben que he cometido alguna irregularidad”, añadió.

Finalmente, sobre el hecho de que la Contraloría General del Estado lo estaría investigando señaló: “Que investiguen lo que les dé la gana, no van a encontrar nada porque no he hecho nada malo; he hecho mi trabajo, pero lastimosamente el sector público es así”.

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