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Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

El texto ‘la cia contra américa latina. Caso especial: ecuador’ fue presentado en guayaquil

Dos periodistas denuncian injerencia de la CIA en partidos políticos y sindicatos

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Foto: John Guevara/El Telégrafo

Entrevista / Francisco Herrera Aráuz /Director de Ecuadorinmediato

EL CORREO “PRIMERO IBA A LA EMBAJADA DE EE.UU.”

Desde su entrevista, al igual que la de Jaime Galarza, han pasado más de 20 años. ¿Se quedó todo en simples revelaciones?

No, yo pienso que uno de los puntos favorables de esta jornada con Philip Agee está en dar a conocer que esto pasó, denunciar de frente a la historia, de refrescarle con frecuencia que esto está ocurriendo, ocurrió y puede volver a ocurrir. Basémonos en aquella frase de que quien no conoce la historia está condenado a repetirla y esto puede volver a pasar en Ecuador, que es muy grave (...) destruyeron la democracia,  Ecuador había tenido un periodo estable de democracia que fue destruido por maniobras de la CIA como se evidencia, según cuenta Agee; luego vendrían los WikiLeaks, en donde uno se entera de estas cosas en forma parecida y esto también es parte crítica. Pueda que sean hasta los mismos personajes, pueda que el 99% de quienes estuvieron vinculados están muertos, pero dejaron un pasado histórico, que sigue constantemente repitiéndose.

Pero, si el intervencionismo de la CIA continúa, ¿qué se logró?

Denunciarlo, por lo menos estar alertas, saber cómo intervienen y enfrentarlos. Creo que con el tiempo, bien se podrían plantear acciones en contra de los EE.UU., por lo que hicieron. Un ejemplo, la CIA revisaba todo el correo que salía de los aeropuertos del Ecuador, de todos los ciudadanos, eso es atentar contra el derecho a la privacidad de todos los ecuatorianos, eso es demandable, en cualquier circunstancia frente a un Estado contra el otro, es demandable, si intervinieron teléfonos, se usaban aparatos del Estado ecuatoriano para reprimir a los ciudadanos del Estado, con el tiempo, esas son violaciones a los derechos humanos que merecen ser demandables. El Ecuador debería pensar seriamente en enfrentar este tema con una demanda, cierto es que han pasado muchísimos años desde el 60 hasta el 2014, son 50 años, las violaciones a los derechos humanos no prescriben nunca, simplemente estoy poniendo una situación en la que estuvo el Estado ecuatoriano y en la que ecuatorianos en esa época estuvieron sujetos. ¿Cómo es posible que las bolsas de correo no iban a sus destinatarios sino que primero iban a la embajada norteamericana, a pretexto de una lucha contra el comunismo?

¿El Estado debería tomar acciones legales al respecto?

Yo no sé. Yo lo dejaría como una inquietud al Estado ecuatoriano. ¡Ya es tiempo! Se han descubierto otro tipo de intervenciones por parte de la CIA, bueno, quisiera saber cuáles y en qué forma, y si el Estado ecuatoriano tiene conocimiento, pues iniciar las acciones no solo afuera, también adentro, porque sí llegamos a conocer quiénes son los vendepatrias. Sería necesario que iniciemos las acciones por delitos de lesa humanidad y de lesa patria.   

¿Siguen trabajando en el Ecuador?

Sí, me imagino que sí y lo dice abiertamente Agee. La revelación de los WikiLeaks le hace suponer a uno que sí, que esto sigue.


Foto: Karly Torres/El Telégrafo

Entrevista / Jaime Galarza Zavala / Escritor y expresidente de la URJE

“HAY UNA CONSPIRACIÓN PERMANENTE DE LA CIA”

¿Hay cifras de la cantidad de agentes que reclutó la CIA en Ecuador para ese propósito?

Es increíble, la nómina de agentes ecuatorianos de la CIA es de alrededor de 200 personas, que ocupaban en esa época funciones diversas en el Estado: en las Fuerzas Armadas, en la Policía, en los partidos políticos del país, del centro, izquierda y derecha, en las universidades, en la FEUE, en el movimiento sindical, entre otros. Esa lista impresionante que incluye al entonces vicepresidente de la República coronel Reynaldo Varea Donoso nos demuestra cómo fue de inmensa la participación de la CIA en esas actividades, pero además con el desencadenamiento de políticas del terror se llegó, por ejemplo, a producir crímenes sociales.

¿Cómo se evidenció esa política del terror, esos crímenes sociales?

El caso del levantamiento de un grupo de campesinos en la provincia del Azuay, que terminó con el linchamiento de los profesores hermanos Delicela, maestros rurales acusados de ser comunistas y amigos de Cuba. Se ideologizó al pueblo ecuatoriano en el sentido de que mantener relaciones con Cuba era fomentar el comunismo anticatólico, antirreligioso. Se llegó al extremo de colocar bombas en los templos del Ecuador, especialmente en Cuenca y Quito, y junto a las bombas una vez que se producía el estallido, la gente encontraba letreros que decían ‘viva el comunismo’, ‘muera la religión’, ‘viva Cuba’, y que supuestamente firmaba el Partido Comunista o la Unión Revolucionaria de Juventudes Ecuatoriana (URJE), que existía en esa época y yo la dirigía como presidente nacional.

¿Por qué es importante volver a hablar de esas entrevistas con Philip Agee y sus revelaciones ahora en el libro ‘La CIA contra América Latina. Caso especial: Ecuador’?

Porque a pesar de que han pasado 40 años de aquella entrevista, los métodos sobre los cuales nos habla Philip Agee son los mismos que actualmente emplea la CIA, lo mismo en Ecuador que en Venezuela, en todos estos procesos de desestabilización de gobiernos progresistas (...).

¿A qué se debe que el intervencionismo de la CIA se mantenga en el tiempo, pese a las revelaciones?

Aunque han pasado los años, en la actualidad la CIA es cada vez más fuerte, porque a pesar de las revelaciones sobre el intervencionismo en todas partes, las necesidades de EE.UU. de sustentar políticas de agresión como las de Libia, Irak, Afganistán; las políticas de apoyo a Israel en su labor genocida contra el pueblo palestino; las políticas de búsqueda de apropiación de los recursos petroleros y mineros del mundo hace que ese país lejos de haber eliminado la CIA, la haya fortalecido, a tal punto que en los propios EE.UU. se dice que la CIA es un poder incontrolable. Por ello un periodista francés dice que en el mundo solo hay dos superpotencias: EE.UU. y la CIA.

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