Diplomacia evaluada para marcar la ruta
Los principales desafíos de la nueva política exterior de Ecuador se podrían resumir en que el país no se subordina a intereses de potencias económicas, sino al interés de la colectividad ecuatoriana.
La política exterior que desarrolla Ecuador tiene un sello más integracionista. A nivel de Latinoamérica se busca el fortalecimiento de la Unasur y la consolidación de la ALBA y la Celac. Todos son esfuerzos por conseguir cooperación y deben enfocarse en el desarrollo del talento humano, de la ciencia y la tecnología para contribuir a la construcción de una nueva agenda política, productiva y social.
La política exterior es un cambio de actitud y aptitud en todos los sectores, en ese sentido se debe propiciar su democratización, eliminando inequidades de género, de etnia, reconocer la plurinacionalidad que existe en el país y desarrollando una formación que dé cuenta de las nuevas realidades mundiales; el funcionario de carrera será un actor propositivo.
Se aspira a construir una diplomacia ciudadana que llegue a la población ecuatoriana, que indague sus intereses, sus problemas, para que sean atendidos en el país y en el exterior a través de un buen servicio que incluya la utilización de tecnología de punta y que en los ámbitos político-diplomáticos y de comercio exterior participe proactivamente buscando el bienestar de todas y todos los ecuatorianos.