Camal y fábrica benefician a más de 500 avicultores
Los avicultores de los cantones Balsas y Marcabelí, provincia de El Oro, cuentan con una moderna fábrica de balanceado y una planta de faenamiento avícola, que benefician a 500 familias de varias organizaciones. Los proyectos son apoyados por el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES).
La situación era difícil para los avicultores de la parte alta de El Oro. Lo poco que producían solo les alcanzaba para comer un par de veces al día, ya que las ganancias eran mínimas. Esta vida tan dura que tenían ya ha cambiado con el camal y la fábrica de balanceados, según Víctor Romero, presidente de la Asociación de Avicultores de El Oro (Asavior).
“La gente al principio no creía, pensó que este Gobierno era igual a los anteriores, pura demagogia, fue muy duro convencerlos e iniciar los trámites para acceder al financiamiento del MIES. Mediante la lucha, la perseverancia, el trabajo, se pueden conseguir muchas cosas”, indicó el avicultor.
El camal, ubicado a la entrada del cantón Balsas, cuenta con tecnología italiana y faena 1.500 aves a diario. Fue construido con una inversión de 260.000 dólares, 116.000 fueron financiados por el MIES, a través del Instituto de Economía Popular y Solidaria (IEPS). La diferencia de la inversión provino de la organización, el Municipio de Balsas y el Gobierno Provincial Autónomo de El Oro (GPAO).
La asociación cuenta con 33 microempresas familiares avícolas, que producen asociativamente 500.000 pollos mensuales y comenzó su primera fase de operaciones en mayo de este año. En total 150 productores de Marcabelí, Balsas y Piñas son los beneficiados con la planta de faenamiento de aves.
La segunda fase del proyecto iniciará el próximo año, luego de que la asociación adquiera una cámara de frío y una fábrica de hielo para mantener a las aves congeladas. La última fase del proyecto, que contempla la ampliación del camal, estaría lista a finales del próximo año.
“Este proyecto beneficia a todo el pueblo, ya que una vez que entre a funcionar en todo su apogeo se eliminarían todos los camales artesanales que hay en Balsas y de esa manera se faenaría un pollo de calidad y se dejaría de contaminar el medio ambiente”, recalcó Romero.
Fábrica de balanceado
Otro de los proyectos que beneficia alrededor de 400 productores es la fábrica de balanceados instalada en la comuna Bella María del cantón Balsas.
Gober Gallardo, presidente de la Asociación de Pequeños Avicultores de Balsas y Marcabelí (Balmar), explicó que la fábrica está destinada a la producción y comercialización asociativa en varios cantones orenses. La obra tuvo una inversión de 280.000 dólares, de los cuales 90.000 dólares fueron aportados por el MIES y 192.430 dólares provinieron de otros actores que apoyaron la obra.
La fábrica tiene una capacidad de producción de 100 toneladas de balanceado al día y beneficia a cientos de familias de las comunidades de la parte alta de El Oro.
“Como nunca antes hemos recibido el apoyo de las autoridades del Gobierno, agradecemos por los planes de desarrollo que está implementando en todo el país. Antes del inicio del actual régimen, la concreación de proyectos de ayuda a los sectores agropecuarios parecían un sueño, pero ahora es una realidad y actualmente se ejecutan varias obras de apoyo a los sectores productivos”, expresó Gallardo.
Agregó que actualmente trabajan al 100% con una producción de 2 toneladas de balanceado diarias. Gallardo resaltó que indirectamente se benefician cientos de avicultores que antes no tenían acceso a un producto de calidad y al mejoramiento de sus animales.
El dirigente explicó que luego de la creación de la fábrica aumentó en la zona la cría de pollos y cerdos, que ha dado muchas fuentes de trabajo.
El objetivo del proyecto es contribuir al mejoramiento eficiente de los procesos productivos, desde la gestión local aportando recursos y capacidades que permitan una producción sustentable y responsable con el ambiente, con fortaleza organizacional y el desarrollo del conocimiento para alcanzar un buen vivir.
Freddy Guarnizo, técnico de proyectos productivos del MIES, dijo que tanto la fábrica de balanceados como el centro de faenamiento son las primeras infraestructuras de este tipo que se encuentran en manos de organizaciones que reúnen grupos familiares que trabajan conjuntamente y que vieron mejorar enormemente sus ingresos y están pensando en ampliarse.
“Los productores han visto que su trabajo está dando frutos y se están integrando muchas familias alrededor de los mismos”, subrayó el funcionario.