Buque francés Prairial recorre países del Pacífico oriental
Eran pasadas las tres de la tarde y la atención del grupo de comunicadores de diversos medios que se agolpaba en la popa de la nave fondeada, en el muelle 6 de la Autoridad Portuaria de Guayaquil, se dividía entre quienes estaban atentos a la llegada del capitán para iniciar la conferencia de prensa, y los que improvisaban con las manos mínimos parasoles para defenderse del feroz sol guayaquileño.
La presencia del comandante animó a los periodistas que olvidando el calor, y lo precario del sitio destinado para la presentación, se dieron a la tarea de buscar los mejores lugares para captar, con cámaras y grabadoras, los datos que se convertirían en la noticia de la edición del día siguiente.
El capitán comenzó su informe, señalando, en primer lugar, su filiación: nombre: Yonec Fihei, capitán de fragata al mando del buque de la Armada francesa Prairial desde mediados de 2012. Continuó su discurso remarcando que su visita a Guayaquil es parte de un recorrido, que durará 3 meses, que incluye México, Ecuador, Perú y Chile, para luego proseguir hacia su base en Papeete, capital de la isla de Tahití, en la Polinesia francesa.
Esta misión, la primera que se realiza en el presente año, tiene tres objetivos definidos: En primer lugar, con este periplo se pretende afirmar la soberanía francesa, mediante la vigilancia de las zonas económicas exclusivas en los territorios galos de la Polinesia. Las tareas que nosotros hacemos: lucha contra la pesca ilegal, el narcotráfico, tareas de rescate en alta mar y asistencia a las poblaciones en caso de catástrofes naturales, apoyan la acción de la Armada francesa, subrayó.
El otro objetivo que se persigue es el fortalecimiento de los lazos de amistad entre Francia y los diferentes países con costas al Pacífico con el fin de desarrollar líneas de cooperación.
Recalcó que reconocen la experiencia de la Marina ecuatoriana en la lucha contra el narcotráfico y esa es una fortaleza que desearían compartir.
Señaló también que durante la estada de la fragata en México, tuvieron un ejercicio militar junto con la Marina de ese país y que ese es otro aspecto de la colaboración que les gustaría desarrollar con Ecuador en el futuro.
Por último, el capitán expresó que el tercer propósito de estos viajes es mostrar la cultura francesa y en particular la polinesia a los pueblos de este lado del Pacífico.
Después de atender una ronda de preguntas que, una vez absueltas, y ante el pedido de varios comunicadores, dio paso a un recorrido hacia el lado de la proa. Este sitio, no estaba habitado por glúcidos -como en “Los Premios”, la novela de Cortázar- sino por varios marineros que se afanaban limpiando copas y vasos para el banquete que por la noche el capitán ofrecería a las autoridades ecuatorianas.
El movimiento de cristalería despertó expectativas en el grupo de sedientos reporteros, que tuvieron que rendirse ante lo obvio: era evidente que el personal del Prairial desconocía las bienaventuranzas bíblicas, una de las cuales aconseja: “dar de beber al sediento”.
No hubo brindis, ni atenciones para los periodistas, solo palabras.