Asumir el cargo de ex presidente es algo muy serio
No estamos en campaña electoral. Cuando la hay, los candidatos dicen muchas cosas. Pero otras muy distintas son las que tienen que expresar los ex mandatarios. Mucho más aquellos (en nuestro país suman 3) que han sido derrocados por la movilización popular porque con sus actos perdieron la confianza de sus electores.
Jamil Mahuad está muy lejos y ha dicho que no tiene intenciones de volver, pero tiene la obligación de contar muchas cosas sobre lo que hizo y dejó de hacer en su corto mandato. Abdalá Bucaram está asilado en Panamá y desde ahí comenta, vía Twitter, algunos hechos, pero obviamente no habla mucho de lo que fue su caída.
El último defenestrado es el coronel Lucio Gutiérrez. Y de él no hablan los libros, ni sus discursos o menos algunos documentos públicos del Ecuador. Ahora, gracias a los cables revelados por WikiLeaks, hablan los reportes de la Embajada de EE.UU. En esos documentos (porque Washington nunca ha negado que sean falsos, forjados o mutilados) hay mucha información sobre lo que fue la caída de Gutiérrez.
Supongamos que él los leyó (al parecer nunca lo ha hecho) y de ahí lo único que tendría que hacer es ir hasta la sede diplomática y pedirle una explicación al Gobierno de Barack Obama, pero jamás endilgar a El Telégrafo falsas acusaciones. Y mucho menos ofender con que nosotros, en este Diario, no ponemos los titulares.
Gutiérrez como mandatario que fue (o sea que tenía y tiene que responder a los mandantes) le toca aclarar ante la historia lo que dice la Embajada de EE.UU. ¿Es cierto que llamaba a la embajadora de entonces antes de abandonar el cargo y fugar en helicóptero desde Carondelet? ¿Hasta dónde es cierto aquello de las sumas de dinero que se destinaron a algunos diputados para evitar el juicio político? ¿Por qué razón un presidente de la República del Ecuador agradece el apoyo de EE.UU. en los momentos que abandona el cargo? ¿Por qué fue tan entusiasta en firmar un TLC con EE.UU.? ¿Hasta dónde es verdad que en la Corte Suprema de Justicia estaba lista una orden de prisión contra los directivos del Banco Pichincha?
Con ofensas no se responde desde la posición de ex presidente. Esa condición exige responsabilidad, madurez, transparencia política y sobre todo una perspectiva histórica.
Y sobre todo le corresponde explicar por qué la democracia ecuatoriana ha tenido que estar, como parece que ocurrió en su corto mandato, sometida a las disposiciones, “sugerencias” y recomendaciones de un país como EE.UU.