Asambleístas “calculan” muy bien antes de votar
Las alianzas políticas y los camisetazos, de cara a las elecciones del 17 de febrero de 2013, son evidentes en la Asamblea Nacional. Allí, es “normal” -según analistas y políticos consultados- que ahora voten en contra, se abstengan o simplemente falten a las sesiones del pleno para no apoyar proyectos de ley importantes. Hacen eso quienes antes, por ejemplo, aseguraban que al llegar a una curul en la Legislatura defenderían y lucharían por los intereses de la clase pobre del país.
Los críticos consultados sostienen que la muestra más real del fenómeno es ver la forma en que han votado los asambleístas candidatos en las últimas sesiones del pleno, lo cual se lo puede analizar en http://www.asambleanacional.gob.ec.
Por ejemplo, en la votación del proyecto de Ley para la Redistribución de Ingresos del Gasto Social, que de manera técnica define de donde se financiará el incremento (de $ 35 a $ 50) del Bono de Desarrollo Humano (BDH), 30 de los 124 asambleístas faltaron, 10 se abstuvieron y 5 votaron en contra de la propuesta.
Fernando González, quien llegó a ser legislador con PAIS y luego abandonó la Revolución Ciudadana para unirse a la “oposición política” autocalificándose como independiente, fue uno de los que votó “no” por el proyecto y, con ello, según lo criticaron algunos de sus ex coidearios, le hizo el juego a la banca, la cual se siente afectada porque le tocará compartir las ganancias con los pobres. Entre otras cosas, la propuesta elimina el beneficio de la reducción de 10 puntos porcentuales en el Impuesto a la Renta para los bancos y cambia la fórmula de cálculo del anticipo.
González, durante su intervención en la sesión del 20 de noviembre pasado, indicó que el proyecto implica una nueva reforma tributaria y que “más allá del bono, la ciudadanía espera un sueldo digno y empleo. El fascismo o la libertad es el dilema”. Gilmar Gutiérrez, de Sociedad Patriótica (SP), manifestó que en 2003 el gobierno de su hermano Lucio aumentó el BDH de $ 7 a $ 15, “sin sacarle plata a nadie”.
Susana González, del opositor movimiento Madera de Guerrero, consideró que el incremento del bono se pudo realizar vía Decreto Ejecutivo y no como proyecto de ley urgente. Defendió a la banca diciendo que el sector productivo genera trabajo para la gente, mientras que desde el Gobierno no se prioriza la creación de empleo. “El incremento del BDH no es una solución a la pobreza, no se ha hecho un estudio que determine esa cantidad”, señaló Luis Morales (Prian).
Pese a que se ausentó de la sesión y no votó, Vicente Taiano, ex jefe de bancada del Prian que desertó para ir a la reelección cobijado esta vez por PSP, sostuvo que para incrementar el BDH no es necesario escudarse en la Asamblea. “Este es un tema social que se distorsiona con una maniobra electoral para conseguir votos...”, justificó.
Mauro Andino, asambleísta de PAIS, quien votó “sí” para que la banca comparta ganancias, con estadísticas en mano, le recordó a la oposición, a González y a otros desertores de PAIS como María Paula Romo, César Rodríguez, Betty Amores, César Gracia y Washington Cruz, que entre 2006 y 2011 cerca de un millón de personas salieron de la pobreza gracias al subsidio.
Sostuvo que se trata de una iniciativa positiva del presidente Rafael Correa que llega a cerca de dos millones de personas, entre discapacitados, adultos mayores y madres de familia, para fortalecer y seguir garantizándoles la salud, educación y el buen vivir.
Fernando Cordero, titular del Parlamento, también les aclaró a los contradictores que no es una traición subir $ 15 a los más pobres. “El BDH es un paliativo para pasar de la miseria a la pobreza y poder seguir en la lucha para conseguir un país diferente, justo y solidario”.
Sin embargo, ni las reflexiones, ni las cifras inmutaron a quienes estando en la sesión se abstuvieron de votar, así como a los que prefirieron faltar o ausentarse. Pese a ello, el proyecto de ley se aprobó con 79 votos. Para Jorge León, profesor de Ciencias Políticas de la Flacso, la explicación estaría en que, en el caso de los faltones, “no quieren tomar parte en la decisión, posiblemente, porque no están de acuerdo con la propuesta y, al no estar presentes, no se comprometen”. Consideró que faltan, además, porque “ahora ya estamos en la lógica más electoral, muchos están en campaña y por ello están ausentes de la Asamblea”.
En el caso de asambleístas que “están” con los bancos y votaron frontalmente “no” al proyecto, “eso es muy normal”. Dijo que las abstenciones, en cambio, se dan cuando no se comparten las posiciones y los legisladores “no quieren claramente decir que están en contra o, simplemente, no tienen una posición bien definida. En todo caso, el abstenerse o no votar es parte normal del proceso legislativo”.
Otros analistas políticos consultados por este diario destacaron que en la práctica ya se han dado alianzas evidentes para actuar en bloque en la Asamblea, como es el caso de Pachakutik y MPD, que ahora también están juntos en la Coordinadora de Izquierda, de cara a los comicios de febrero próximo. Se añade que es notorio también la alianza de hecho entre Concertación y SUMA, a pesar de que la primera agrupación no logró inscribirse en el Consejo Nacional Electoral (CNE).