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El Telégrafo

Osvaldo Hurtado gobernó entre ajustes y protestas

EL RELEVO INEVITABLE: Osvaldo Hurtado fue presidente del Ecuador, desde mayo de 1981 hasta agosto de 1984.
EL RELEVO INEVITABLE: Osvaldo Hurtado fue presidente del Ecuador, desde mayo de 1981 hasta agosto de 1984.
Foto: Archivo / El Telégrafo
17 de octubre de 2016 - 00:00 - Redacción Política

Apenas iniciado su mandato, y tras la temprana muerte de Roldós, el democratacristiano Osvaldo Hurtado Larrea asumió la Presidencia de la República. Aunque todavía el país permanecía de luto, el nuevo Mandatario tomó las riendas de un país afectado por la difícil situación económica.

Apenas iniciado su gobierno cambió parte del gabinete ministerial, mientras que en el Congreso se iniciaban los cabildeos para nombrar al Vicepresidente de la República. Tras intensos debates, que tuvieron varios momentos accidentados, el Congreso finalmente eligió a León Roldós Aguilera.

De inmediato, Hurtado implementó un plan económico de austeridad, lo que no evitó el deterioro de la economía; incluso la inflación alcanzó el 63% en 1983. Para aliviar los problemas económicos, Hurtado elevó las tasas de interés, aumentó el precio de los combustibles y el pasaje del transporte urbano, entre otras acciones que derivaron en una escalada de protestas del sector laboral. En 1982, los sindicatos declararon una huelga general, mientras el sector empresarial tomó similar decisión un año después, paralizando la ya endeble economía.

Los problemas se agudizaron cuando, en noviembre de 1983, la naturaleza se ensañó con el país: el fenómeno de El Niño provocó la inundación de casi el 60% de las zonas productivas, dañando cientos de miles de cultivos y destruyendo carreteras y puentes. El Litoral ecuatoriano fue el más afectado por el crudo temporal que recién se atenuó a fines de abril de 1984.

En el ámbito político, el gobierno debió soportar la embestida de varios frentes de oposición. El Vicepresidente desde un principio se opuso a las medidas económicas que implementó el Gobierno y, por lo general, cuestionaba cada accionar. De nuevo las voces de una pugna de poderes se escuchaban en sectores de la opinión pública.

Según el profesor universitario Fernando Garzón, el gobierno de Hurtado estuvo marcado por una serie de problemas económicos, que en parte ya arrastraba el país desde los últimos años de la dictadura militar. “Estos problemas se fueron agravando con los años; el descontento social era visible, las protestas se tornaron frecuentes”.

En medio de la complicada situación, el Mandatario y parte de su comitiva viajaron a la República Popular de China, en visita oficial. El acontecimiento fue ampliamente difundido por el régimen, ya que, entre otras acciones, se logró un acuerdo para que esa nación otorgara un préstamo al Ecuador. En política social se instauró el programa denominado Foderuma (Fondo de Desarrollo Rural Marginal) para atender al sector campesino e indígena, así como un programa de salud denominado Megrame. Además de iniciar la reconstrucción de la obra civil castigada por el fenómeno de El Niño.

Al concluir su mandato, le sucedió el socialcristiano León Febres-Cordero, apoyado por un grupo de partidos políticos de derecha que conformaron el Frente de Reconstrucción Nacional, derrotando al socialdemócrata Rodrigo Borja. Llegó con la promesa de fiscalizar al gobierno de Hurtado. (I)

El hecho relevante

La sucretización, una medida emergente que erosionó aún más a la economía de la nación

La economía general del Ecuador vivía momentos apremiantes. El conflicto con el Perú en 1981 (guerra de Paquisha) y la inestabilidad económica obligó al gobierno de Osvaldo Hurtado a decretar, en septiembre de 1983, una medida de auxilio para rescatar a grupos empresariales privados que se hallaban sobreendeudados. Se creó un modelo que se denominó “sucretización” de la deuda privada.

En ese tiempo el sucre se devaluaba a ritmo acelerado con relación al dólar. Con esta medida, el Banco Central del Ecuador asumió la deuda externa privada, que para la época representaba el 65% del total de los pasivos externos del país.

Según los análisis recogidos de la época, para 1983 el sector privado se declaró en incapacidad de cancelar su deuda externa, con el riesgo de quiebra de empresas, con la consecuente pérdida de miles de puestos de trabajo. A ello se sumó que la mayor parte de la deuda privada tenía garantía bancaria. La situación económica del Ecuador terminó por agravarse con el fenómeno de El Niño, de noviembre de 1983.

En otras palabras, en el gobierno de Osvaldo Hurtado, a través del Banco Central del Ecuador (BCE), se convirtieron a sucres las deudas en dólares que había contraído el sector empresarial privado. Con lo cual el Estado asumió el pago en dólares ante los acreedores internacionales, lo que generó un incremento de la deuda externa pública. Se calcula que el monto de la deuda sucretizada  superó los 1.300 millones de dólares.

La Junta Monetaria creó, mediante regulaciones y resoluciones, los mecanismos denominados de Compensación, Capitalización y Conversión de la deuda, con los cuales se benefició al sector privado, mediante la adquisición de la deuda ecuatoriana en el mercado secundario, a precios que fluctuaban entre el 30 y 40%, y su posterior venta al Banco Central del Ecuador.

Para aliviar el peso de la deuda que contrajo el Estado se tomaron medidas económicas de ajuste, como el incremento del precio de los combustibles, así como una serie de devaluaciones de la moneda de manera continua. A este último mecanismo el gobierno lo denominó “minidevaluaciones”. Sin embargo estas acciones de política económica, si bien en algo equilibraron las cuentas fiscales, causaron a la postre graves repercusiones en el bolsillo de los sectores pobres del Ecuador. (I)

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