Vías soportan la mayor parte de estragos del invierno
Las calles del centro y sur de la urbe presentan mayores deterioros desde que inició la temporada invernal, que en la última semana incrementó su intensidad, según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi).
De acuerdo con la entidad, entre jueves y viernes se registró la mayor precipitación en el área de la Universidad de Guayaquil (7 mm).
El centro (donde el Municipio de Guayaquil realiza obras de agua potable, regeneración urbana y pavimentación) es uno de los puntos que registra más congestionamiento en el día.
Esta situación ocurre porque hay baches y fisuras de mayor tamaño en los perímetros de las calles Quito, Padre Solano, Panamá y Clemente Ballén. En Padre Solano recién comenzó la labor de la maquinaria del Cabildo para reparar el asfalto, pues en varias cuadras se observan agujeros que son esquivados por los conductores para poder circular.
Gabriel Jaime, quien transita a diario por el sector, criticó la demora del Gobierno Seccional en la labor de la pavimentación. “Hace una semana empezaron con el rastrilleo desde Boyacá, pero varios baches ya llevan meses”, indicó el conductor, quien señaló que la mayoría de las irregularidades está en la intersección con la avenida Quito, en donde se observa un hundimiento.
El mismo descuido hay en la calle Panamá. Allí, hace varios meses, la avenida fue rastrillada, pero el trabajo no ha sido terminado. Actualmente, el lugar es intervenido por el Cabildo para ensanchar las aceras.
Algunos moradores criticaron que por una obra secundaria se ha retrasado la pavimentación. Dicha gestión forma parte de los 35 proyectos que la Fundación Guayaquil Siglo XXI tiene previsto ejecutar en este año.
Pablo Andrade, morador del sector, se quejó de que la falta de pavimento ha provocado inconvenientes, desde el origen de polvareda (que es mayor cuando circulan los vehículos) hasta la lentitud del tráfico en invierno. “Ya cansa escuchar tantas bocinas de los choferes desesperados que pelean por avanzar al centro”, se quejó el morador, que vive 30 años en las calles Panamá e Imbabura.
La presencia de lluvias complica el tránsito en esta parte del cantón, porque el agua estancada de las precipitaciones tapa los huecos, en los que repentinamente se estremecen los automóviles.
También, en Quisquís y José de Antepara existe otro bache que durante las lluvias permanece cubierto porque es lento el desfogue del agua.
Francisco Vergara, quien conduce su taxi por el sitio, aseguró que luego de caer en esa oquedad, la suspensión de su vehículo se averió. “A uno le toca asumir el costo de la reparación... felizmente nadie iba conmigo sino hasta con un herido podía haber cargado”, aseveró Vergara, quien que canceló 150 dólares por el arreglo de su herramienta de trabajo.
En otro punto, las intersecciones José de Antepara y Vélez, Clemente Ballén y Lorenzo de Garaicoa presentan malas condiciones.
Problemas en el norte
En el norte, en cambio, existen hundimientos en las peatonales de los sectores de Mapasingue (este y oeste), Martha de Roldós, Los Vergeles y Las Orquídeas, que, además de incidir en el lento tráfico de vehículos, también causan molestias en los negocios y en las viviendas por la acumulación de agua.
El Cabildo, actualmente, trabaja en los sectores 1, 4, 5 y 6 de Los Vergeles, donde pavimenta con hormigón rígido más de 30 kilómetros de calles y se colocan adoquines. En otras vías del sector se mejora y rellena el suelo.
Fabricio Vela, de Los Vergeles, sugirió que la pavimentación debe realizarse en forma pareja en todas las peatonales para evitar las inundaciones. “Las calles pavimentadas ocasionan que el agua se deslice a las zonas más bajas y eso ocasiona problemas”, manifestó Vela.
También se registran daños en las calles de los Samanes (Francisco de Orellana) Kennedy (Luis Orrantia), entre otras.
Daños en el sur
Las calles Chávez Franco, Oriente y Camilo Destruge tampoco han soportado las primeras lluvias.
Los habitantes de estas zonas afirmaron que, desde el pasado febrero, las precipitaciones han complicado el estado físico de las vías principales y peatonales.
En la 27 y Camilo Destruge, por ejemplo, son notorias las cavidades en el pavimento que tienen varios años.
Daniel Vélez, habitante del lugar, observó que cuando hay precipitaciones resulta peligroso cruzar la calle. “Casi no se puede ver por donde se camina... un mal paso y cualquiera puede resultar lastimado”.
Por su parte, los conductores deben tomar vías alternas para evitar transitar por este sitio, como Portete, lo cual congestiona el tránsito en esas calles.
La situación se repite en Colombia y Santa Rosa, donde también hay varios baches. Vladimir González, morador del lugar, sufrió un choque con otro vehículo por esquivar uno de los baches. “La última vez que pavimentaron el lugar fue hace más de tres décadas, vinieron a hacer reparaciones el año pasado y dejaron la calle dañada”.