Vendedores invidentes están inconformes con reubicación de puestos
En la avenida 9 de Octubre, durante las primeras horas de la mañana de ayer, en la intersección con la calle García Avilés, no hubo el movimiento comercial anhelado por los vendedores invidentes.
Hasta las 10:00 la única actividad fuera de lo común, además de calles intervenidas por el Municipio de Guayaquil, fue un grupo de personas instalando un módulo para actividades comerciales y con capacidad para tres personas.
La estructura metálica que se colocó del lado de García Avilés, cerca de la vereda y calles rotas por las obras municipales, llamó la atención a más de un transeúnte.
El tamaño del local contrastó con otros puestos de mucho menor tamaño que se ubican a lo largo de la 9 de Octubre.
“Está horrible ese armatoste en un espacio tan pequeño”, criticó Mery Carrillo, una señora que pasó por el sector. Pasadas las 10:00 comenzó a llegar el grupo habitual de comerciantes invidentes.
Marcos Morales, quien vende artículos para celulares desde hace tres años, comentó que el quiosco comenzó a ser instalado la noche del martes. “En la audiencia que se realizó el lunes quedamos en que nos quedaríamos en la 9 de Octubre con puestos similares en tamaño a los que venden periódicos”, dijo Morales.
El quiosco colocado cerca de donde laboran los no videntes no deja conforme a ninguno de ellos por varias razones, entre otras que no prestan garantías para su condición de discapacitados visuales.
El módulo fue traído desde el mercado de las Cuatro Manzanas. Jhon Ramírez, un invidente que anteriormente, en un reportaje publicado el 2 de agosto en este diario, se mostró a favor de que el Cabildo le permitiera vender en ese lugar, se sorprendió al conocer que fue trasladado sin notificación previa.
Ramírez aseguró que pedirá explicaciones a las autoridades, porque desconocía si seguirá en el módulo o será reubicado en otro sitio.
El ciudadano intentó rescatar su mercadería, pero ninguna de las llaves que tenía pudo abrir el puesto. Un equipo de este diario, minutos antes, constató que el personal que ubicaba el puesto tenía las puertas abiertas del lado que ocupa Ramírez.
De igual manera, luego de que el comerciante se dirigió hacia la Municipalidad, una persona a bordo de una camioneta del Cabildo se bajó para entregar a otro individuo, que aguardaba sentado en una banca, un llavero con el que abrieron el puesto de ciudadano discapacitado. “No ha sido pendejada, ha sido bastante lo que hay ahí”, comentó uno de los sujetos, luego de cerrar el quiosco, mientras abordaba el vehículo municipal en el cual se retiró del lugar.
Luis Quishpe, quien vende frituras y dulces en la 9 de Octubre desde hace seis años, se mostró incómodo por la nueva gestión de la Alcaldía. “No se trata de ubicarnos los quioscos sino de lugares que nos den todas las garantías necesarias”, manifestó Qhispe, quien no descartó tener que hacerse su propio puesto, “pequeño y funcional”, que no ocupe más espacio del que ahora dispone.
El abogado Hernán Ulloa, quien representa a la Acacig, se mostró inicialmente complacido de la reubicación de los comerciantes, pero debió recoger las inquietudes de sus defendidos.
En las primeras horas de ayer, Ulloa informó que estaba gestionando un encuentro con las autoridades municipales para presentar las observaciones de los no videntes, pero que aún no se concreta.
El alcalde Jaime Nebot, en un recorrido de obras desarrollado en esta semana, anunció que los quioscos serán instalados en la misma 9 de Octubre. “Ellos (los ciegos) tendrán que laborar en estos. A las bravas y al desorden no, los que ven y los que no ven deben de cumplir”, sentenció Nebot.
Hace cuatro días la Asociación de Ciegos y Amigos de los Ciegos del Guayas (Acacig) obtuvo el fallo a favor del Juzgado 5º de la Niñez y la familia en una acción de protección interpuesta contra el Cabildo.
La acción legal, interpuesta hace casi dos semanas, respondió a los desalojos de los comerciantes invidentes de la 9 de Octubre, por parte de la Policía Metropolitana.
Posterior a esa resolución, el Cabildo emitió un comunicado en el que se criticaba la acción dispuesta por la jueza Maricela Proaño.
El documento señaló, además, que “la ocupación arbitraria de soportales en desorden y con uso de elementos rudimentarios que desdicen el concepto de regeneración urbana, no la vamos a aceptar ni hoy ni nunca”.