Vendedores de flores del cementerio serán retirados
Los comerciantes minoristas de flores que se ubican en la parte externa de la Puerta No. 1 del Cementerio General se manifestaron la mañana de este lunes con pancartas y gritos de protesta en contra del desalojo que les fue solicitado por parte de la Comisaría Municipal No. 1, mediante una citación fechada el 19 de septiembre.
El representante y vocero de los vendedores, Gustavo González, sostuvo que ellos fueron legalizados en el 2001, por la Dirección Municipal de Uso de Espacio y Vía Pública.
“El Cabildo nos cobraba el valor por un permiso desde esa fecha hasta ahora. Sin embargo, desde hace un año no nos han cobrado porque nos dijeron que habían problemas en el sistema, pero nos dijeron que podíamos seguir trabajando, que después esto se iba a normalizar”, sostiene el dirigente.
González relata que cuando llegó la citación pensaron que se trataba de una reunión donde arreglarían el inconveniente con el pago de este rubro.
“Nuestra sorpresa fue que nos pidieron que firmáramos un acta de desalojo, porque no podíamos laborar en esa zona. Nos comunicaron que no teníamos la autorización de colocar la carretilla de flores en la vía pública y que la estábamos obstruyendo”, relata.
Según dice, la acera sobre la calle Julián Coronel -donde están ubicadas las 9 carretillas- es muy angosta.
“Existe una ordenanza emitida el 2006 que prohíbe trabajar en esas condiciones”, asegura con preocupación.
“¿Por qué no se dieron cuenta de eso cuando nos dieron los módulos en el 2001? Nos hubiesen dado exhibidores u otro tipo de puestos que no ocuparan tanto espacio”, dice Rosa Vicuña, otra de las comerciantes que sería afectada, quien al igual que muchos de los vendedores tiene más de 20 años en el negocio del comercio de las flores.
Carmen Muñoz es una joven madre que vive en la ciudadela Los Vergeles, en el norte de la ciudad. Ella se muestra preocupada por el eventual desalojo y la pérdida de su puesto de trabajo, con el que -cuenta- da alimentación y estudios a sus dos hijos de 11 y 16 años.
“No es justo que nos saquen de aquí. Yo soy padre y madre para mis niños”, cuenta esta mujer que labora en la puerta número 1 desde hace 8 años, cuando heredó el negocio de su suegra.
Carmen Vicuña trabaja en la venta de flores desde que tiene 8 años, pero es desde 1988 que se encuentra establecida en este puesto. Ella recuerda que los módulos que tienen los 30 comerciantes de capullos de las puertas 1, 10 y 13 fueron entregados por la Lotería Nacional de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, hace casi 10 años.
“El valor de cada módulo era de $600. La empresa nos donó el 50% y el otro 50% salió de nuestros bolsillos”, afirma.
Los comerciantes piden que el Municipio los reubique en otra puerta del camposanto o que les brinde alguna solución para poder continuar laborando.
Al cierre de esta edición el Cabildo emitió un comunicado en el que sostiene que en los exteriores de la Puerta No. 1 existen vendedores que supuestamente duplican su actividad, ya que -según afirma el Municipio- son sucursales de puestos del Mercado de Flores, ubicado en las calles Vicente Piedrahíta y Machala.
El Alcalde de la ciudad, Jaime Nebot Saadi, agregó que “de probarse justificadamente que algún vendedor no tenga relación directa ni indirecta con la venta de flores del mercado, previo el censo correspondiente, se les proveerá de módulos para la venta dentro del Cementerio, pero bajo ninguna circunstancia en los exteriores, en decir en la vía pública”.