El sonido es impecable y el lugar es propicio para el encuentro; en él caben 100 personas, aproximadamente, y de esos asistentes, la mayoría son jóvenes de entre 20 y 30 años. Llama la atención la presencia de ciertas cabelleras blancas e incluso de niños junto a sus padres.

Todos tienen algo en común: son amantes de la música y del arte;  por eso no encontraron reparo para reunirse, los domingos en la noche, cada quince días desde las 20:00, en la productora musical Fediscos, ubicada en la ciudadela Los Ceibos, al norte de la ciudad.

Fusionando música y arte visual, la agrupación quiteña Bueyes de Madera tocó su repertorio el pasado 7 de junio. Este folclor latinoamericano presenta una atractiva fusión de sonidos de la madera con instrumentos tradicionales, pero recreando sus propias composiciones en un lienzo. ‘Medicina para la cabeza’ y ‘Guápulo’ son parte de sus canciones que deleitan a los asistentes. Pero también hubo otras bandas, como Moshi Moshi, El General Villamil, Tripulación de Osos Quiteña, Abbacook, que se han preparado para hacer disfrutar a todos los presentes y, luego del show, comparten con el público sus experiencias sobre la música y la difícil tarea de hacer arte.  

Alejar la pereza

‘Mañana es lunes’ es, precisamente, el evento que promueve la difusión cultural musical. Y para su mentor no es nada nuevo incursionar en estos eventos, no solo por su experiencia, sino porque viene de una familia ligada al emporio musical en Guayaquil. Se trata de Francisco Feraud, quien actualmente maneja Fediscos, empresa fundada en 1964 por José Domingo Feraud Guzmán. Él fue pionero del registro fonográfico del Ecuador y quien hizo la primera inversión para que los artistas ecuatorianos puedan grabar sus productos musicales. Luego administró J.F. Guzmán, un almacén musical donde vendían instrumentos musicales y como observó que importar discos para grabar era muy costoso, creó la planta de discos de vinil ecuatoriano; es decir, dedicó  su vida al desarrollo de la música.

El año pasado, Feraud retomó el funcionamiento de esta empresa familiar con el objetivo de evolucionar junto al mundo y caminar de la mano con la tecnología, en un mercado de plataformas digitales. Es así como aquella fábrica de discos de vinil se transformó en una moderna productora que ofrece servicios relacionados con las necesidades de la ciudad: nuevos gestores artísticos, músicos, géneros, ideas frescas; todo esto para promover el movimiento cultural. “Acá no nos sirve ser los únicos, sino que distintos grupos caminemos hacia la misma dirección porque la intención es brindar el espacio para que las cosas sucedan”.

El músico y compositor Gustavo Pacheco apoya esta iniciativa:“No podemos quedarnos en la Edad de Piedra porque nada es estático”; por ende, está de acuerdo con la evolución de los géneros y los espacios musicales contemporáneos porque son fundamentales para mantener vivo el arte. Se crean nuevas formas de cantar, variedad de estilos, distintas formas de expresar la música, con propuestas coherentes, entendibles, sencillas; géneros como jazz, blues, pop, rock, buscan otra versión y, de esta forma, trascienden a la eternidad.

Innovando música

‘Mañana es lunes’ es un show artístico en el que se presentan bandas ecuatorianas. Se realiza los domingos, cada quince días. En él se disfrutan las nuevas fusiones rítmicas a través de propuestas particulares y que le gustan a la gente.

Este proyecto inició en noviembre de 2014, con una audiencia de 15 personas; en la actualidad mantienen un público regular de 70, incluyendo a adultos mayores y niños, ya que el ambiente favorece el entretenimiento familiar. El único requisito es querer consumir buena música hecha en Ecuador.

Feraud asegura que aún falta inversión para desarrollar la cultura, pero estos pequeños espacios están haciendo que el mercado crezca. “La gente comienza a notar el movimiento de teatro, danza, pintura, música, literatura; aunque falta explotarlo”. Los eventos son autofinanciados, ninguna empresa pública se ha visto involucrada, todo es parte de la autogestión de empresas privadas. Este movimiento cultural  que se genera con estos eventos tiene aceptación.

Para Mauricio Pérez, estudiante universitario, la fusión de distintos géneros está revolucionando lo que ya está establecido. Incluso el pasillo se ha conjugado con otros estilos, creando uno más atractivo para muchos. Además de que es grato encontrar espacios para desarrollar estas iniciativas.

El cantante Maureen Garcerant considera que, para fomentar la cultura musical, se necesita la unión de los propios músicos y, a la vez, mejorar la educación de ellos porque solo así, con preparación constante, se brindará calidad a la audiencia y de esta forma se generan enganches.  Pero este desarrollo de la nueva era requiere salir de la denominada ‘zona de confort’. Así lo afirma el productor Jaime Carrillo: “Deben extinguirse los dinosaurios que se han apropiado de la industria para darle cabida a lo contemporáneo y permitir una competencia”.

Músicos, productores y artistas se regocijan con este tipo de encuentros culturales y están convencidos de que iniciativas como esta preparan un mejor porvenir en este ámbito. Se trata de que el arte no se detenga y, por eso, algunos sectores están proponiendo una nueva forma de hacer historia.

“La música siempre será un referente del sentir de la sociedad; en estos tiempos, donde la globalización y la inmediatez forman parte de la vida, la música debe evolucionar”, opina Antonio Vergara, cantautor y estudioso de la comunicación, quien asegura también que los tiempos cambiaron... y la música también. (I)