Los problemas son recurrentes en el norte del puerto principal
Terrenos llenos de maleza afectan a cuatro barrios
María Romero, habitante de Acuarela del Río, no recuerda cuándo fue la última vez que estuvo limpio un terreno aledaño a su casa, en el norte de Guayaquil.
La cantidad de fundas de basura que se acumulan en una esquina de la calle 88 A contrasta con las coloridas y pulcras fachadas de las viviendas. “Hay moscas, mosquitos y hasta ratas”, expresa la vecina de esa ciudadela.
El citado lote está cubierto de maleza y el cerco metálico se encuentra deteriorado, es decir, pueden ingresar desconocidos.
“Afecta al barrio”, señala Romero. El sector es solo uno de los barrios porteños que tiene problemas de terrenos sucios.
En la Garzota, al norte de Guayaquil, existe otro de esos espacios. En la intersección de las calles Camilo Narváez y Jorge Amador hay un sitio cerrado con mallas, sin embargo, el monte incomoda a los vecinos.
De acuerdo con moradores, están preocupados porque es el escenario propicio para la reproducción de los vectores del dengue y chikungunya. Además, personas desconocidas también arrojan desperdicios.
De acuerdo con el artículo 102 de la Reforma a la Ordenanza del Uso de Espacio y Vía Pública, los dueños de los terrenos vacíos y abandonados pueden ser sancionados con diversas multas. Las penas pueden ascender a $1.200. El monto varía por zona (Urdesa es una de las áreas más caras).
Según las estadísticas municipales a 2011, existían 5.000 terrenos vacíos en el cantón. La mayoría sin cercos. La irregularidad fue recurrente en el norte.
Precisamente, este medio constató varios casos en el sector de Bellavista. En la avenida Jorge Perrone (principal) hay propiedades copadas de matorrales.
Lo mismo ocurre en un tramo de la Av. Carlos Julio Arosemena. En este año el Municipio de Guayaquil comenzó, con sus brigadas, un censo con el objetivo de actualizar los datos. (I)