Tenguel, antiguo enclave y tierra de futuro
A dos horas y media del puerto principal, por vía terrestre, se encuentra Tenguel, un pueblo de 13.000 habitantes que aunque está más cerca de Machala y la provincia de El Oro, pertenece al cantón Guayaquil. Su historia está íntimamente ligada a una hacienda de origen colonial que tuvo muchos propietarios, hasta que la compañía estadounidense “United Fruit Company” la adquirió, convirtiéndola en enclave bananero.
Las primeras noticias documentadas sobre Tenguel provienen de un informe del regidor de Guayaquil, Vicente Gorostiza, quien le escribe un informe al Gobernador de Guayaquil, Ramón García de León y Pizarro, en 1780, indicándole que ha descubierto y cultivado 60.000 árboles de cacao. No obstante, Gorostiza minimiza la fertilidad de esas tierras -a pesar de que se había apoderado de ellas-, diciendo que eran “manglares, pantanos, tembladeras y lomas”, con el fin de “pagar menos por la correspondiente composición”, según explica el historiador Jorge Núñez. 1
Posteriormente, la hacienda Tenguel pasó a manos de la familia Caamaño, a través de los Arteta, pues a fines del siglo XVIII, la hacienda perteneció a Pedro José Arteta. Su hija, María Francisca Arteta, contrajo matrimonio con el teniente español Jacinto Caamaño, de donde provienen sus hijos, los Caamaño Arteta, y sus nietos, los Caamaño Gómez Cornejo. Entre estos últimos, destacó José María Plácido, quien fue Presidente de la República entre 1884 y 1888. Posteriormente, los Stagg Caamaño heredaron Tenguel por el lado materno, es decir, de Jacinto Ignacio Caamaño y Arteta.
Como vemos, familias pudientes de Guayaquil formaron un latifundio que en su época de máximo esplendor (1910) llegó a tener 3’000.000 de árboles de cacao, cientos de casas y “ocho grandes edificios para los peones”.2 Los Stagg Caamaño también poseían en Tenguel, “un ingenio azucarero, extensas plantaciones de café” y se utilizaban “arados de disco, un sistema ferroviario de tipo “deucaville”, siembra por manguereo, etc”.3 Sus dueños pertenecían al grupo socioeconómico de los “gran cacao”, terratenientes costeños que entre 1880 y 1920 protagonizaron el “segundo boom cacaotero”, cuando el Ecuador se insertó definitivamente en el capitalismo.
Tenguel está vinculada tanto a la historia del capitalismo local como al proceso de expansión imperialista de las transnacionales bananeras. Y la transición ocurre entre las décadas del veinte y treinta del siglo pasado.
Este poblado está vinculado tanto a la historia del capitalismo como a la expansión capitalista.En 1926, el Banco Territorial embarga a los Stagg Caamaño la hacienda Tenguel, para cobrar un préstamo realizado, en el contexto de la profunda crisis de la economía agroexportadora, debido a la caída de los precios del cacao ecuatoriano en el mercado internacional y la arremetida de las plagas. Posteriormente, en 1933, la United Fruit Company adquiere una depreciada hacienda Tenguel, al Banco Territorial, por la ínfima cantidad de 80.000 sucres. Como explica Alicia Chica, “la United Fruit Co. mantiene las plantaciones de cacao, pero su principal objetivo es el banano, por lo cual empieza una gran actividad para buscar las mejores tierras del banano, dividiéndose el terreno en fincas, en distintas direcciones, junto a las cuales se construyen campamentos para el personal de empleados y trabajadores”.4
A partir de ese momento comienza una “nueva vida” para los pobladores de la hacienda, diferente a la antigua época, cuando el maltrato a los trabajadores era moneda corriente. Así lo refiere Adolfo Guanoquiza: “Llegué a Tenguel en 1939 y pude conocer la picota donde amarraban y castigaban a los esclavos. Dicen que había una guillotina, pero no la alcancé a ver. En realidad, en los tiempos de Caamaño los que trabajaban aquí eran esclavos”.
Aunque el modelo de enclave bananero impuesto por la United Fruit fue otra forma de explotación, si bien más sofisticada, los tengueleños se habituaron a las comodidades que durante tres décadas les proporcionaron los “gringos”. Varios testimonios ratifican esta sensación de bonanza: “Ellos construyeron todo: el hospital, las escuelas, el teatro, el camal, la lechería… La compañía nos daba el 7% de utilidades a los trabajadores, al inicio del año, esa fue una gran ventaja para nosotros” (Alberto Monserrrate, 2013). “Si se caía un escalón lo mandaban a arreglar, si usted quería que le pintasen la casa, se la pintaban, si usted quería cualquier cosa se la hacían; entonces, todo el mundo estaba engañado porque todos creíamos que era la octava maravilla, pero no nos dábamos cuenta de la gran explotación” (Alicia Chica, 2013).
“Durante treinta años el Estado se desentendió de todo y le entregó esta zona a la United Fruit; otra característica es que ellos ponían a las autoridades, a los policías, a los dirigentes de los sindicatos, no había en Tenguel ninguna ley que no sea la de ellos” (Alberto Monserrate, 2013). Alicia Chica reflexiona, por su parte: “La compañía, en verdad, nos dio todo, pero nos enseñó a ser ociosos. Ellos daban todo a sus trabajadores porque los explotaban, porque tenían que trabajar duro y aunque supuestamente recibían una buena paga, nunca un trabajador sabía cuánto de utilidad se llevaba la United Fruit. Entonces, ¿qué sembraron?...”.
Tenguel inscribió su etapa de mayor apogeo económico en el proceso de reconstitución de la agroexportación en el Ecuador, entre 1950 y 1962. Las cifras lo dicen todo: “En 1953, la fruta producida en esa plantación sobrepasó ligeramente el 6% de las exportaciones bananeras ecuatorianas”, mientras que en 1957, “tenía 3.071 ha. Sembradas con banano”.5 Pero hacia 1960, cae la producción bananera en la zona y empieza el malestar de los trabajadores. La compañía forma sindicatos que en un primer momento responden a directrices patronales. La cooperativa “Juan Quirumbay” asume la defensa de los trabajadores y el 27 de marzo de 1962, un grupo de 500 extrabajadores se toman la hacienda Tenguel.
Un diario de Guayaquil reportó que los extrabajadores armados “volaron puentes e incendiaron varias casas” y que hubo un saldo de “policías heridos durante el tiroteo”. 6 Muchos tengueleños que fueron testigos del hecho niegan aquella versión: “Eso es mentira”, dice enfáticamente Alberto Monserrate, mientras que Adolfo Guanoquiza sostiene: “Se tomaron las tierras para administrar ellos, pero no hubo la volada de los puentes, ni de casas, ni nada”. Sin embargo, Rosa Molestina sí recuerda el intercambio de balas: “Como a las diez de la noche de un día domingo 27 de marzo, por mi casa silbaban las balas, porque ellos (los huelguistas) querían que todos se adhirieran y había un señor, un panadero que vivía atrás de mi casa, que estaba en la cooperativa, pero no asistió a la huelga, y cuando salió a la calle le dispararon”.
Se rumoreaba que comunistas y “cubanos” llegados de Guayaquil habían despertado la “sedición” en Tenguel. Lo cierto es que los manifestantes se tomaron la pista de aviación e impidieron la entrada y salida de personas. Julio López Ramos así lo recuerda: “Los de la Quirumbay sacaron toditos los tanques que tenía la hacienda y los pusieron en el campo de aviación para que ninguna avioneta aterrizara”. Al día siguiente, llegó a Tenguel un contingente de policías y la calma retornó. La medida de hecho, sin embargo, marcó el principio del fin de la United Fruit en el Ecuador.
A partir de la toma de la hacienda, los “gringos” fueron desalojados y salieron “con rumbo a San Rafael y de ahí a Balao” (Alberto Monserrate, 2013). En realidad, los “gringos” de la United Fruit abandonaron definitivamente el país cuando firmaron un convenio con el Instituto Nacional de Colonización, el 6 de febrero de 1964, por medio del cual se transfirió el dominio de la hacienda Tenguel al mencionado Instituto, por un monto de 200.000 dólares. El instrumento jurídico que facilitó dicho arreglo fue el Acuerdo Ministerial No. 901, del 5 de octubre de 1962, que había declarado “de utilidad pública” los predios de Tenguel y Pagua.
Tras la salida de la compañía estadounidense, el Instituto Nacional de Colonización (luego, IERAC) conformó doce cooperativas agrarias que beneficiaron a los tengueleños con la entrega, a cada familia, de 10 hectáreas de terreno más la respectiva vivienda, pero no era gratis –comenta Alicia Chica-, ya que “tenían que pagar cierta cantidad de dinero por sus casas y por las 10 hectáreas; la casa estaba a un valor de 1.200 sucres, y la tierra, a 3.200. Aquí hubo cursos de cooperativismo y ese fue el fomento que el gobierno dio a los trabajadores”. Con el tiempo, muchos vendieron sus propiedades agrícolas y otros las trabajaron.
En 1971, el presidente José María Velasco Ibarra expidió un decreto que convirtió a Tenguel en parroquia del cantón Guayaquil, a pesar de la lejanía con el puerto principal. Al sol de hoy, los tengueleños esperan mayor atención por parte de la Municipalidad de Guayaquil, pues como dice Heliodoro Izquierdo, “jamás los tengueleños hemos tenido control de nuestra situación social, siempre las decisiones han venido de afuera. El tengueleño nunca ha sido autor ni ejecutor de su propio destino”.
Ya es hora de que Tenguel deje de ser una parroquia olvidada y logre su definitiva autonomía, recuperando el sitial que tuvo en la etapa de auge de una economía agroexportadora que, durante muchos años, dio de comer a nuestro país.
1. Jorge Núñez, Guayaquil, una ciudad colonial del trópico, Guayaquil, Archivo Histórico del Guayas/Banco Central del Ecuador, 1997, pp. 40-41.
2. Gonzalo Ortiz Crespo, La incorporación del Ecuador al mercado mundial. La coyuntura socioeconómica, 1875-1895, Quito, Corporación Editora Nacional, 1988, p. 204.
3. Manuel Chiriboga, Jornaleros y Gran Propietarios en 135 años de Exportación Cacaotera (1790-1925), Quito, Consejo Provincial de Pichincha, 1980, p. 240.
4. Alicia Chica, “Tenguel en la historia del Ecuador”, manuscrito, p. 3.
5. Paola Sylva Charvet, “Los productores de banano”, en Carlos Larrea M., edit., El banano en el Ecuador: Transnacionales, modernización y subdesarrollo, Quito, FLACSO/Corporación Editora Nacional, 1987, p. 116.
"Los contenidos de este artículo son parte del Proyecto de Recuperación de la Memoria Histórica del cantón Guayaquil, desarrollado por el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social".