Desde la semana pasada, Mery Ortiz, habitante del cerro Santa Ana, ha visitado varios lugares del sector comercial   la “Bahía” en busca de un regalo para su esposo y progenitor para celebrar mañana el Día del Padre.

Ortiz optó por buscar en la calle  Chimborazo, en la que hay varios puestos de ropa. Hace pocos días encontró en uno de estos el regalo para su papá: una camisa de color café claro que costó 12 dólares.

Sin embargo, ese viernes no compró el presente para su esposo porque quería algo diferente. “Es difícil escoger regalo para un hombre, no hay muchas alternativas porque no son vanidosos como nosotras”, comentó Ortiz.

De manera forzada, y tras haber buscado varios días, Ortiz    regresó ayer al mismo puesto para comprar otra camisa, pero, esta vez, de color celeste. “Ni modo, se intentó”, dijo algo contrariada.

El movimiento comercial de ayer, en el centro de Guayaquil, fue relativamente bajo. La mayoría de los propietarios de los locales de ropa indicó que las ventas se elevan, en esta fecha familiar, entre el sábado y domingo.

Pocas ofertas disponibles

En un recorrido realizado por este Diario en varias calles aledañas al Malecón Simón Bolívar, se constató que fueron pocos los locales comerciales que anunciaban ofertas por el Día del Padre.

En los pocos lugares donde se observó la conmemoración de la fecha, mayoritariamente eran tiendas de ropa o calzado en las que se ofertaban descuentos entre el 20% y   50%.

Para Ana María Fierro, administradora de los almacenes Fierro, en Escobedo y Clemente Ballén, la preferencia por las prendas de vestir para los “hombres de la casa” es algo tan tradicional como normal.

“El hombre se preocupa menos de su apariencia que la mujer”, comentó Fierro. “Mientras que a nosotras nos gusta además  joyas y maquillajes, ellos prefieren artículos más prácticos, como la ropa o cosas para su trabajo o entretenimiento”.

La ropa, según Fierro, es la opción más barata, especialmente para la clase media. Calcetines, calzoncillos, pijamas y camisas son las prendas más solicitadas por quienes acuden a las tiendas de ropa. Sus precios varían entre $ 4 y $ 15.

Mientras que, los pantalones y calzados tienen precios superiores a los $ 17. Si bien las corbatas tienen valores desde los $ 5, “a ellos no les gustan los nudos en la garganta”, comentó Edith Carrillo, moradora del Guasmo Sur, que visitaba los locales de la “Bahía”.

Carrillo tiene previsto, para el domingo, un almuerzo junto con su esposo e hijo. “Lo que cuenta es el detalle, más que el costo”, afirmó.

Mujeres buscan los regalos

La mayoría de los compradores ayer, por el centro de Guayaquil, que buscaba  un regalo para el padre de   familia era  del sexo femenino.

Madres, hermanas, esposas, hijas y amigas recorrieron las secciones masculinas de las tiendas de ropa con el afán de encontrar algo adecuado para ellos.

Alberto Espinoza, administrador del almacén Weyshword, en Chile y Olmedo, comentó que las compradoras suelen hacer varias visitas a un solo local en la semana previa al Día del Padre.

“La tarea no les resulta fácil”, manifestó Espinoza. “Tras  que no cuentan con muchas opciones, tratan de asegurarse de la talla de ellos”.

Como enganche comercial, el almacén  Weyshword optó por   realizar un desfile de modas masculino con modelos nacionales.

“Para el Día de la Madre hicimos algo similar con bellas señoritas”, dijo Espinoza. “Ahora le toca a las damas recrear un poco la vista mientras escogen el regalo para el papá”.

Los comerciantes esperan que las ventas sean mejores que en el Día de la Madre. “Toda la semana fue floja, pero lo típico es dejar todo para el último momento”, aseguró Luis Marcillo, quien por más de 30 años ha manejado un pequeño quiosco de ropa.

Marcillo aspira a vender, al menos, $ 300 en mercancía, lo cual representa el triple de días normales. “Yo prefiero una buena comida con mi familia, porque ropa, como se puede ver, tengo de sobra”, acotó.