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Rebeliones en el puerto colonial (II parte)

Rebeliones en el puerto colonial (II parte)
20 de octubre de 2013 - 00:00

En las Actas del Cabildo Colonial de Guayaquil hallamos que, en 1688, los gremios de maestros, oficiales y trabajadores de la maestranza presentan una representación al Cabildo de Guayaquil, protestando por los rumores de que se pretendía derribar sus casas para construir fortificaciones en la ciudad. Los trabajadores se presentan como “gremio y hermandad de carpintería, galafatería y herrero”, que viven en el barrio que está junto al Estero de San Francisco, detrás de Las Peñas. En los planos de la época constatamos que ese brazo fluvial correspondía al Estero de Villamar, actual calle Loja, es decir, en los extramuros de la ciudad para aquella época (fines del siglo XVII), prácticamente en el sitio donde se ubicaban los astilleros de la ciudad.

Según la información que arroja el documento, los trabajadores del astillero vivían en sus inmediaciones, aspecto que no se modificaría en el siglo XVIII, como lo demuestra el siguiente extracto del informe del ingeniero Requena (1774), citado por el historiador Jean-Pierre Tardieu: “El almácigo de bujíos (bohíos) con la confusión de maderas para construcción regadas por los contornos aumentaba los riesgos de incendio”.

La demanda de los carpinteros de ribera, en 1688, consistía en que se asegurara su permanencia en el barrio del Estero de San Francisco o Estero de Villamar, a cambio de colaborar en la mudanza de la ciudad que ya había sido planificada por el Cabildo, lo que implicaba “asistir al trabajo de la mudada de nuestra Iglesia Mayor […] asimismo, a la fabricación del convento de Nuestro Padre San Francisco y su advocación de Nuestra Señora de los Anjeles (sic), patrona de nuestra hermandad, para cuyo trabajo y asistencia por días formaremos nuestras cuadrillas, y a lo mismo ayudarán con la asistencia de sus personas los Oficiales de los demás oficios, como lo dicen deseosos todos de trabajar de una vez”.

La información que aquí consta es reveladora, pues además de corroborar la existencia de una cofradía laboral de carpinteros de ribera y calafateros en Guayaquil durante la Colonia, contribuye a identificar el barrio que ocupaba este sector de afrodescendientes en la ciudad.

Los carpinteros de ribera, la mayoría  afrodescendientes, son conscientes del poder que ejercen...Otro aspecto que llama poderosamente la atención es la intimidación que los artesanos negros y mulatos realizan a los cabildantes -quizá por su elevado número-, respecto a la principal actividad económica de ese momento en Guayaquil, cuando en las Actas del Cabildo consta que si no atienden sus peticiones, “nos veremos precisados a desamparar este paraje y a retirarnos a los campos, y se menoscabarán las maestranzas de que se compone la mayor parte de la población desta (sic) ciudad”. Es decir, los carpinteros de ribera, en su mayoría africanos o afrodescendientes, son conscientes del poder que ejercen en el engranaje de la economía local, al tratarse de mano de obra especializada en la construcción de los navíos del astillero real de Guayaquil.

La sociedad colonial guayaquileña estuvo fuertemente imbricada en una dinámica mercantil que acopió la fuerza de trabajo de la mayoría de la población, por lo cual, el lugar que ocuparon los artesanos en esa colectividad fue vital para el crecimiento económico de la ciudad y la región. Las fuentes históricas sugieren que desde el inicio de la formación social guayaquileña hay variables relacionadas con lo identitario -principalmente de tipo étnico y clasista-, las que, aunque todavía no se expresan como un discurso articulado, están presentes a la hora de exponer las aspiraciones e inconformidades de los trabajadores, en respuesta al abuso de amos y patronos, de tal modo que estos gremios artesanales se convierten, tempranamente, en espacios autónomos que adquieren características propias de organización y reproducción social, en medio de una sociedad estructurada desde el racismo y la exclusión social.

A pesar de ello, los negros y esclavos jornaleros que se desempeñaron como carpinteros de ribera, aserradores y calafates en el astillero, son agentes de la historia que encuentran intersticios para resistir al poder colonial, construyendo espacios de autonomía y movilidad social, en medio de las innegables condiciones de subordinación, marginalidad y racismo imperantes.

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