El Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), optó por la implementación de 8 pasos elevados, de los cuales 6 están al servicio de la comunidad, uno de ellos ubicado en el sector de la Isla Trinitaria, a la altura de una  gasolinera  frente al hostal ‘Princesa’.  

Los habitantes del sector dicen sentirse muy agradecidos por la obra, debido a que esta ha permitido reducir el número de accidentes de tránsito en la zona.

Pero también denuncian que no existe alumbrado, ya que en horas de la noche el lugar se torna peligroso. Los ciudadanos que llegan desde sus trabajos a partir de las 19:30 tienen que buscar otra forma de cruzar la transitada vía perimetral.

Verónica Herrera, de 34 años de edad, cuenta que no se siente segura al subir el puente peatonal, ya que no existe alumbrado público.

Asegura que cuando se inauguró el lugar estaba bien alumbrado, pero que con el pasar del tiempo las luminarias se quemaron hasta quedar en la oscuridad. “No me han robado, pero tengo compañeros y vecinos que han sido asaltados. Cruzar la calle corriendo resulta muy peligroso, pero subir el paso peatonal también lo es.

Betty Barrera, de 59 años de edad, dice que las lámparas que alumbraban el puente fueron robadas por los mismos antisociales que atracan a los peatones. “El problema es grave porque si el Ministerio quería evitar accidentes, el objetivo no se está cumpliendo. Muchas personas prefieren arriesgar sus vidas antes que ser víctimas de la delincuencia”.

Aunque la Policía Nacional realiza constantes rondas por el sitio en horas de la noche, el número de  delincuentes aumenta, según reconoce Lorena Abad, comerciante del sector. (I)

El peligro se mantiene en la calle o en el paso

Los habitantes de la Isla Trinitaria hacen un llamado al Ministerio de Transporte y Obras Públicas. Ligia López, quien habita en el sector desde hace 25 años, cree que la institución pública  debe trabajar en conjunto con la eléctrica de Guayaquil.

“Primero deben ser reparadas las luminarias en su totalidad y luego hacer constantes patrullajes por el sector. No es justo que obras que costaron mucho dinero estén abandonadas por temor a usarlas. La vida está en riesgo. (I)