Aurora Carrión, de la ciudadela Samanes 4, tiene casi una década viviendo al pie de la avenida Isidro Ayora, donde, hace más de un año, Interagua y Ecapag entregaron un ducto cajón para sellar un canal abierto.

La obra, en la que se invirtieron más de 4 millones de dólares, incluyó un relleno compactado para beneficiar a 60.000 personas de los sectores Guayacanes, Samanes, Sauces, Urbanor, entre otros.

Cuando se inauguró la infraestructura, las autoridades de las entidades prometieron que se construiría una vía vehicular que ampliara a cuatro carriles el tramo de la Isidro Ayora, comprendido entre la Presidente Luis Tamayo y la Teodoro Alvarado Oleas. “Desde entonces, no he visto una sola máquina que dé señales de realizar la pavimentación, mientras que el relleno comienza a perderse y se forma lodo por las lluvias”, aseguró Carrión.

Son aproximadamente 1.400 metros de la Isidro Ayora  en donde se observan dos carriles pavimentados y otros dos sin asfalto u hormigón. Solo 420 metros corresponden a los cuatro módulos, de 3,60 metros de ancho por 2,50 de alto, que componen el ducto entregado por Interagua.

Wilson Briceño, quien tiene un local de ebanistería en Guayacanes, comentó que el canal abierto fue intervenido desde hace dos años porque  durante el invierno  el sitio se anegaba constantemente. “Era un criadero de mosquitos y bien hicieron en taparlo, pero si se demoran con la pavimentación será lo mismo que nada”, dijo Briceño en referencia a las pequeñas acumulaciones de agua que se han formado en varios puntos del relleno.

También hubo maleza, aunque en menos cantidad que los charcos, debido a las recientes lluvias. “Pero eso también atrae a todo tipo de insectos”, indicó Briceño.
El amplio espacio que forman los carriles sin pavimentar es aprovechado por varios conductores y talleres para estacionar vehículos.

Juan Estupiñán, de la ciudadela Solaris, aseguró que la mayoría de los  vehículos que se parquea en el lugar es de clientes de los locales que arreglan motores y sistemas eléctricos de carros livianos.

Camionetas, autos y furgonetas son los tipos de vehículos que se ubican sobre el hormigón y, en ciertos lugares, entre la maleza. “Los pocos que se estacionan sin necesidad de algún mantenimiento de sus carros lo hacen más por comodidad de acceso a sus viviendas, ya que hay bastante espacio para parquear en algunas peatonales”, afirmó Estupiñán.

Otro aspecto que empieza a incomodar a los habitantes de los sectores que atraviesa la Isidro Ayora es que existen personas que botan sus desperdicios en cualquier espacio del tramo sin pavimentar. Pequeños montones de basura y materiales de construcción, como bloques de concreto, madera y baldosa, se observan sobre el relleno.

Marina Celi, de Guayacanes, manifestó que los vehículos de Puerto Limpio se limitan a los desperdicios domésticos y no recogen los otros elementos. “Sé que a ellos no les corresponde el traslado de esos materiales, pero que al menos notifiquen a alguna autoridad, porque botar bloques en cualquier sitio está prohibido”, indicó Celi.

Los moradores de Guayacanes también solicitaron al Municipio que acelere la terminación de la obra en la Isidro Ayora, porque la parte inconclusa representa un sitio inseguro para la ciudadanía por la falta de luminarias en las peatonales.

AVENIDA LLEVA CASI UNA DÉCADA SIN TERMINARSE

La avenida Isidro Ayora tiene una longitud total de 2,7 km y va desde la Av. Francisco de Orellana hasta la intersección con la Av. 39 NO (vía a Daule).

Su construcción se inició en mayo de 2003 y fue interrumpida en 2006 cuando la contratista J.P. Construcciones incumplió el contrato y se terminó unilateralmente.

La obra avanzó un 80%. El tramo que quedó por construir correspondía al sector ubicado a la altura de Bastión Popular.

En 2011, el Municipio de Guayaquil anunció la adjudicación del último tramo de la  Isidro Ayora, para su ampliación. La obra tuvo un costo de 2’470.535 dólares y un plazo para su ejecución de 8 meses y se entregó en septiembre del mismo año.

Paralelamente se ejecutaron trabajos para la construcción de obras complementarias, que incluyeron infraestructura básica de agua potable, sumideros y cajas de aguas servidas y un canal abierto. La pavimentación entre la Teodoro Alvarado y la Luis Tamayo está pendiente.