Niños y ancianos festejan con tradiciones la Navidad
Celebrando los rituales ligados a la tradición cristiana, los adultos mayores del hospicio Corazón de Jesús participaron ayer en una fiesta navideña. Al mismo tiempo, cerca de 500 niños con capacidades especiales asistieron a una fiesta organizada por los directivos de la zona 5 de educación pública.
Ataviados con alas, túnicas y aureolas, los ancianos representaron el nacimiento viviente y cantaron la historia que la Biblia cuenta sobre el nacimiento de Jesús.
“Si ella fuera reina en carruaje vendría, como es que va en burro, y en noche tan fría”, coreaban las cerca de 100 personas que asistieron a la celebración.
Este año, el ritual se realizó al aire libre; por primera vez en la historia de la institución, que funciona como pensionado y hogar, se presentó un coro formado por las personas que allí residen.
Entonando los villancicos con voz fuerte y melodiosa, Alfredo Páez lideraba la interpretación musical de este coro que fue formado desde hace dos meses por las hermanas dominicas que trabajan en el hospicio.
“Ellos necesitan acogida, porque se sienten aislados, muchos son abandonados por sus familias y sienten ese vacío; con el coro queremos que se distraigan y lo llenen”, explica Erlinda García.
Con la voz debilitada por su edad, Ninfa Mosquera, de 74 años, pasará esta Navidad en el hospicio. Ella no recuerda a sus hijos... “Aquí nos hacen la comida, paso tranquila. La Navidad ya no es lo mismo de antes, ahora es una cosa de juguetes monstruosos y gastos”, opina.
En sillas de ruedas o guiados por sus madres, aproximadamente 500 menores que se educan en escuelas inclusivas o de educación especial de la zona 5 llegaron a las instalaciones del colegio Sagrados Corazones.
Los pequeños se vistieron de ángeles, mientras las adolescentes optaron por trajes de “Mamá Noelas”.
El Ministerio de Educación compró parte de los juguetes y caramelos que recibieron los niños, otros fueron donados por colegios que apadrinan a los menores.
Asistieron a la fiesta niños de escuelas regulares y otros que tienen discapacidades de tipo físico o intelectual. En Milagro se realizó una celebración con similares características, a la que asistirían 350 menores con capacidades especiales.
Cada grupo realizó una presentación, ya sea bailando o entonando villancicos. Así, las madres compraron o crearon los trajes de ángeles y Papá Noel.
Flor Marcillo, la mamá de Anderson, menor que se educa en la escuela Luis Noboa, de Bastión Popular, contó, mientras le arreglaba las alas de ángel, que su hijo de cuatro años le había pedido un muñeco de Spiderman.
“Esperemos que se pueda comprar, los niños se emocionan con los juguetes que ven en la tele, pero no siempre uno tiene para comprar”.