Para Bryan Velasco, de 14 años, la mañana de ayer no fue un día normal. En lugar de acudir a clases, estuvo desde temprano en  los camerinos del Teatro Centro Cívico Eloy Alfaro para -con ayuda del maquillaje y del vestuario adecuado- transformarse en un espantapájaros.

Él es uno de los 150 actores del montaje teatral “Alegría”, ejecutado por las escuelas para deficiencias visuales, de audición y lenguaje de la Municipalidad de Guayaquil, que cada diciembre desde hace varios años, efectúan este show conjunto.

La obra se desarrolla en un pueblo que se encuentra sumido en la tristeza. La naturaleza le da a una familia la misión de ir en busca de la alegría y ellos son llevados por el viento a distintos lugares donde tienen diversas experiencias. En su viaje fantástico se encuentran con personajes de circo, flores,  bailarines y aldeanos. 

Cerca de las 10 de la mañana, el ambiente dentro de los vestuarios  estaba alborotado. Un grupo de maestras corrían con los trajes de un lado a otro, mientras varias preparaban a los chicos, pintándoles el rostro y engominando sus peinados.

Frente al espejo, Gabriela Guartalango, de 16 años, utilizaba el lenguaje de señas para bromear con una amiga. Ambas ríen en silencio, mientras comparten el maquillaje y se prueban las prendas que usarán en su presentación de baile al ritmo del can-can. Teresa Ruiz, su profesora de Estudios Sociales y Ciencias Naturales, las ayuda. 

“Trabajar con personas que tienen discapacidades auditivas es complejo, pues debemos aprender lenguaje de señas y vocalizar muy bien cada palabra para que ellos puedan leernos los labios y seguir nuestras instrucciones”, explica.
Andrea Coronel, directora teatral de la obra, coincide con este punto. Sin embargo, añade que trabajar con menores que tienen algún tipo de discapacidad física ha sido una experiencia gratificante, que le deja muchas enseñanzas.

“Ha sido un proceso arduo durante 5 meses de preparación, de ensayos diarios de  baile y teatro. Ellos tienen sus sentidos muy desarrollados y verdaderamente llevan un artista por dentro. Nos dejan a todos una gran lección de que siempre se puede hacer todo lo que nos propongamos”, dice, emocionada.

“Yo no soy un gran señor/ pero en mi cielo de tierra/cuido el tesoro mejor: mucho, mucho, mucho amor”, es parte de la letra de la canción “El Jardinero”, entonada por el coro de la Escuela Municipal de Ciegos durante el montaje. Ian Moncayo es su director y además, guionista de la obra. 

“Los 14 integrantes del coro han ensayado conmigo desde  julio. En la obra cantarán dos canciones. Trabajar con ellos es desafiante, pero nos deja mucha satisfacción porque tienen unas voces muy lindas”, afirma.
La obra teatral “Alegría” se presentó este martes en doble función, con la asistencia  de cientos de estudiantes de diferentes escuelas y colegios de la ciudad como el Centro Educativo Complacencia, General Rumiñahui, Monseñor Juan María Riera, Escuela Pedro Vicente Maldonado, entre otras.

Este jueves 15 de diciembre es la presentación de gala de la obra, en el Teatro Centro Cívico Eloy Alfaro, a las 19:00.