El musgo, especie protegida por el Ministerio del Ambiente (MAE), aún se vende en distintos puntos de la ciudad para adornar pesebres navideños, pese a los operativos emprendidos para evitar que sea comercializado.

La zona comercial de la Bahía, la ciudadela Alborada y el sector del Suburbio oeste son los lugares en donde se ofrecen paquetes con la planta. Los precios están entre $ 0,50 y $ 2.

La Ley Forestal de Áreas Naturales y de Vida Silvestre, en el artículo 70, sanciona a quienes comercialicen productos forestales, animales vivos, elementos constitutivos o productos de la fauna silvestre, especialmente de la flora o productos forestales diferentes de la madera, sin la respectiva autorización. Las multas oscilan entre $ 159.000 y $ 318.000 (de 500 a 1.000 remuneraciones básicas unificadas).

Mientras que las personas que se dediquen a la recolección o captura de especies protegidas, según se estipula en el inciso 7 del artículo 437 del Código Penal, podrían enfrentar una pena de hasta 3 años de cárcel.

Los vendedores consultados sobre el tema dijeron que conocen que es prohibido comerciar el musgo. Sin embargo, Martha Lindao, quien trabaja en la Rodolfo Baquerizo y José María Roura (en el norte), justificó que ya no hay buena demanda de la especie.

Debido a los operativos que realiza el MAE, aseguró, la planta ya no llega en la misma cantidad que antes. Además, la gente se inclina por otras opciones “que no suelten tanto polvo y pelusa”, expresó.

Entre las alternativas ofertadas se encuentra una especie color verde oscuro y textura suave, importada de Perú. El producto nacional, en cambio, es marrón y áspero.

El costo de las fundas del producto peruano es igual al local, manifestó Ana Villarroel, quien las vende en la Alborada (IV etapa). “Pero las personas que sufren de alergia compran más la de color verde”.

Algunos clientes optan por adquirir los elementos artificiales para evitar sanciones. Para ellos, hay réplicas plásticas, de origen chino, que cuestan $ 2. Las imitaciones, de forma cuadrada y 30 cm de largo, son de color verde.

Para Jenny Salazar, los productos artificiales resultan mejor que los naturales, porque no generan polvo y, además, “así no se destruye el medio ambiente”.

Tania Cornejo, otra compradora, prefiere usar pliegos de papel pintados de verde, a $ 2, para armar el pesebre. “Es más práctico porque se puede volver a utilizar”, sentenció.

Operativos de control
El MAE y la Policía Nacional, hasta la semana pasada, decomisaron aproximadamente 220 sacos de musgos en 117 operativos de control realizados en varias provincias. La acción es parte de la campaña ‘No arranques la piel de los bosques’, que se ejecuta desde 2010. En Guayas se confiscaron 16 paquetes con la planta.

Janeth Olmedo, coordinadora de la Unidad de Vida Silvestre del MAE, explicó que las bromelias o barbas de viejo y el musgo (materiales usados en los pesebres) son las moradas de anfibios, puesto que tienen capacidad de mantener la humedad del ecosistema. “Son como esponjas que nutren a los árboles del líquido suficiente para sobrevivir”, detalló la funcionaria, quien reiteró que su extracción masiva causa daño ambiental.