Montañita, el pueblo de la eterna juventud
La fiesta nocturna termina cuando el sol irrumpe con fuerza. Ahora la atracción es la playa. El surf se adueña del mar de Montañita desde muy temprano y la dorada arena del lugar se va llenando de a poco con decenas de bañistas.
No son las mismas personas que alargaron la noche anterior, ya que esas recién fueron a dormir hace poco. Ahora son los surfistas quienes reinan en el lugar, así como también las chicas que buscan solearse para obtener un bronceado perfecto. Es un paraíso juvenil, en el que no hay horarios ni restricciones a la hora de divertirse.
Así lo confirma Israel Vélez, quien nació en Guayaquil, pero que está radicado en Montañita desde hace 12 años. Vélez se dedica a dar clases de surf, las cuales tienen un costo de 20 dólares las dos horas.
“Acá hay fiesta todos los días del año. De mayo a agosto la intensidad baja un poco, pero todas las noches del año hay personas farreando en alguna esquina; Montañita nunca duerme, a pesar de ser un pueblo chiquito”, manifiesta Vélez.
Además del surf, otros de los deportes que se practican en este balneario de la Ruta del Spóndylus es el parasailing, disciplina que se realiza con un paracaídas halado por un bote; así como también el canopy, deporte que se lleva a cabo entre montañas, a 1.200 metros de altura. El fin es pasar de una montaña a otra sujetados a un arnés que se desliza entre cables.
José De la Rosa, nacido en el lugar, recuerda cómo era Montañita en su infancia, cuando la visita de turistas era prácticamente nula. A sus 50 años, este comerciante resalta el impulso que ha tenido su pueblo gracias a la actividad deportiva.
“Antes eran puras casitas de caña y lodo, pero estas ya no existen, ya que la mayoría fueron destruidas cuando se vino el fenómeno del Niño en el 82. Recuerdo que era todo tranquilo, todos nos conocíamos. Bueno, aunque ahora todo sigue tranquilo, ya que acá no hay ladrones”, cuenta De la Rosa, quien tiene un local de comida.
Para este comunero, la presencia de surfistas era esporádica hace 40 años, pero en la década del 80 esto fue cambiando. “Unos 25 años atrás empezó el boom de los turistas y esto se dio gracias a los surfistas, quienes fueron los que realmente abrieron el camino a que Montañita se desarrolle”, resalta De la Rosa, que al tiempo de su conversación, ve a unos niños jugar y destaca la inocencia de los pequeños en el poblado.
“Mucho se habla de que aquí todo es droga y perdición, pero no es así, ya que como puede ver, los niños de acá son bien cuidados; aquí se pierde el que quiere perderse”, asevera De la Rosa, uno de los pocos lugareños pasados de los 50 años.
Es que la media de edad en Montañita es de 25 años. Los turistas son mayoría en un lugar en el que es raro ver a niños en la calle -solo los locales-, ya que la mayoría de los visitantes está entre 15 y 35 años.
El gasto promedio en “Montaña” es de 30 dólares. En el sitio se encuentran hostales cómodas por $ 20, mientras que los otros $ 10 sirven para la alimentación.
Obviamente hay lugares para hospedarse más económicos, desde 5 dólares; son los que acogen a algún turista quiere “ratonear” (término argentino para ahorrar en un viaje).
“Es súper barato acá, todo; por eso muchos argentinos han escogido Montañita para pasar sus vacaciones. Con cinco amigas más estamos ‘retoneando’ y la hemos pasado increíble. De aquí nos vamos a Galápagos”, lanza Florencia Núñez, quien ha gastado $ 2.000 en sus vacaciones (está en “Montaña” desde hace dos semanas), esto con los pasajes aéreos incluidos. “Hay que volver, sin lugar a dudas volveré”, afirma Núñez, quien se quedó “enamorada” de Montañita.