La zona es mayormente conocida por la venta de monigotes para quemar en diciembre
Moldes y esculturas, la otra fuente de trabajo en la calle 6 de Marzo
Unos pocos monigotes asoman en las ventanas de algunas viviendas de la calle 6 de Marzo, lugar que es visitado en las últimas semanas de cada diciembre constantemente por quienes buscan una figura para darle la bienvenida al nuevo año.
Durante esos días la vía se llena de ‘años viejos’ de todo tamaño y variedad. Para muchos guayaquileños, la actividad es la que define el sector. Mientras que en el resto de meses el trabajo de las aproximadamente 100 familias que se dedican a esto es variado. La mayoría se dedica a administrar negocios como tiendas o vulcanizadoras.
Unos pocos, como Jhon Villagrán, a la altura de la calle Huancavilca, enfocan también sus esfuerzos en la fabricación de moldes en espumafón para elaborar los muñecos de cartón y papel. Los clientes llegan de todas las provincias del país, incluso de Galápagos.
En este arte trabaja desde los 12 años. La demanda, afirma, se da casi todo el año y llega desde instituciones, empresas, universidades y colegios que utilizan estos muñecos para escenografías y publicidad. “Febrero, marzo y abril son los meses más bajos, pero la venta vuelve a despuntar en mayo, cuando se inicia el nuevo año lectivo”.
Villagrán llama a sus moldes la “materia prima” con la que se fabrican los centenares de figuras de papel de un mismo personaje y que guardan notable similitud entre sí. La inversión depende del elemento que se utilice. “Hay temporadas en que la plancha de espumafón cuesta $ 25 y en otras $ 6”.
Lo más caro - y al mismo tiempo más duradero- es el galón de fibra de vidrio que cuesta $ 20. Dependiendo del tamaño de la figura se requieren entre 2 y 8 galones.
En la labor es apoyado por su padre y una persona más. Por cada familia se estima que hay entre 3 y 10 personas involucradas, por lo que se considera que el total de artesanos en la 6 de Marzo bordea el millar.
La cifra aumenta si se toma en cuenta a los vendedores que ofertan la mercancía, tanto dentro como fuera de Guayaquil.
Jhon Villagrán, en 6 de Marzo y Huancavilca, ultima los detalles de un monigote con almidón. Foto: Lylibeth Coloma / EL TELÉGRAFO
La calle ahora presenta un ambiente tranquilo, pero cuando se acerca el fin de año, 14 cuadras -de las 45 que la integran-, desde Manabí hasta Portete, son ocupadas para la venta de monigotes. En esta situación, la Autoridad de Tránsito Municipal dispone cerrar el paso de los vehículos.
A la altura de Cuenca, 2 familias se distribuyen las tareas mientras escuchan música tropical. En tanto, los hombres le dan forma a las planchas de espumafón y las mujeres se dedican a sacar figuras de papel con moldes prefabricados. Para que el trabajo sea óptimo se requiere que tenga 5 capas.
“La última es con el papel de los sacos de cemento o azúcar”, explica Enrique Martínez, en 6 de Marzo y Cuenca.
Su oficio incluye moldear objetos en espumafón que luego son recubiertos con fibra de vidrio.
Para dar forma al material más débil utilizan estiletes y un alambre que se calienta con electricidad. “Este es el trabajo de todo el año”, afirma Martínez.
Según el tamaño, diseñar y elaborar cada muñeco puede tomar entre 15 y 30 días. El costo varía dependiendo del material: Una figura de casi un metro si es de papel cuesta hasta $ 10, pero si es de fibra de vidrio puede valer hasta $ 150. “Anteriormente, moldeábamos con cartón directo”.
Muchos personajes son solicitados y están vigentes, como Mickey Mouse, el El Chavo del 8, Dragon Ball, entre otros. Aquellos que solo son populares durante un año son vendidos.
También hay quienes fabrican otro tipo de figuras. Zoila Hernández, a la altura de la calle Gómez Rendón, alterna la construcción de monigotes con piñatas y esculturas en foami y madera.
Entre quienes solicitan estos trabajos está el Municipio de Guayaquil. “Sobre todo en las fiestas de julio y octubre para los desfiles... Las caras de los próceres, políticos. En el desfile de Navidad se verán algunos ejemplos”.
En cuanto a quienes aún fabrican monigotes a la antigua, sin moldes, los artesanos de la 6 de Marzo consideran que ya casi no hay. Los confeccionados con ropas viejas y aserrín de relleno son difíciles de encontrar, pues son poco solicitados por los ciudadanos. (I)