Especial Fin de Año 2017
El puente se llevó consigo el turismo en la isla Santay
Eran aproximadamente las 16:00 del 12 de octubre. Un grupo de personas que se disponía a cruzar el puente peatonal que conecta a Guayaquil con la isla Santay tuvo que detener su marcha al observar que un barco pesquero giraba peligrosamente, echando un humo negro, hacia la estructura que fue inaugurada en junio de 2014.
El navío, llamado Patricia, chocó contra las bases colocadas en el río Guayas y esto provocó la caída de 840 metros del paso elevado que, hasta ese momento, era el nexo mayormente usado para llegar hasta la zona protegida y visitar la ecoaldea donde 52 familias acondicionaron su comercio al turismo.
Tras el incidente, la Capitanía del Puerto procedió a la captura del barco y la detención de la tripulación. En las investigaciones realizadas se estableció que la nave pretendió cruzar por la parte basculante del puente sin contar con autorización. La fuerza de la corriente empujó con fuerza al Patricia por el lado izquierdo y, pese a los esfuerzos del capitán, terminó accidentándose.
Inmediatamente, la Gobernación del Guayas conformó una mesa técnica junto con algunos ministerios (Vivienda, Salud, Turismo y Ambiente, entre ellos) y el Servicio de Contratación de Obras (Secob), responsable de la obra.
A los comuneros solo les queda esperar que la reparación termine a la brevedad posible. Inicialmente se había ofrecido entregar el puente a los 90 días pero, tras la evaluación respectiva, el plazo se extendió a seis meses. Es decir, el paso peatonal estará habilitado en abril de 2018.
Hasta entonces, el turismo de la Santay depende de la habilitación de muelles y embarcaciones para el traslado de visitantes desde el malecón 2000. Los recorridos son de ida y vuelta, incluyen un guía, y tienen un costo de $ 5 para adultos, mientras que las personas de la tercera edad y con discapacidad pagan $ 3, y los menores de hasta 13 años $ 2,50 (los pequeños de hasta cuatro años no pagan).
Sin embargo, las gestiones realizadas no logran cubrir el total de las 1.000 personas que ingresaban cada fin de semana a la Santay, según cifras de la coordinación zonal 5 del Ministerio de Turismo.
La tarea pendiente, según los comuneros, es la difusión masiva sobre los atractivos de la isla que se ofrecieron durante una visita de los funcionarios gubernamentales y ministeriales que asumieron las acciones pertinentes.
El problema luce más complejo porque por el lado de Durán —la otra vía de acceso— todavía continúan las reparaciones en las camineras. La transferencia de la administración de la infraestructura del Secob al Ministerio de Vivienda es otro de los temas pendientes. (I)