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El calzado es solicitado en cantones como milagro, el triunfo y guayaquil

Microempresa surge con apoyo de las redes

Carmen Perea, oriunda de Buenaventura (Colombia), llegó a Durán hace casi 11 años y desde hace 8 decidió independizarse con su propio trabajo. Foto: Karly Torres / El Telégrafo
Carmen Perea, oriunda de Buenaventura (Colombia), llegó a Durán hace casi 11 años y desde hace 8 decidió independizarse con su propio trabajo. Foto: Karly Torres / El Telégrafo
16 de agosto de 2015 - 00:00 - Redacción Guayaquil

El olor del cuero predomina en el patio de Carmen Perea, una colombiana que reside en el cantón Durán hace 11 años, luego de que los problemas de violencia y delincuencia la apartaran de su natal Buenaventura.

El nombre real de la mujer es Cruz Elena, pero sus conocidos y allegados comenzaron a tratarla como Carmen y a fuerza de escuchar que la llamaban así se acostumbró. “Ya pues, tocó aceptarles”.

La vida familiar transcurre junto a unas mesas de metal y madera que contienen los cientos de moldes para tallas de zapatos, plantillas y tiras de cuero con los que Carmen -con ayuda de apenas dos personas-desarrolla su trabajo.

Los originales diseños de sandalias no tienen su base en la capacitación de alguna franquicia de calzado, sino que nace de la pura imaginación.

“La técnica viene de nuestras cabezas”, dice sonriendo mientras sostiene una de las plantillas y da vuelta a unas tiras de color café para crear el diseño conocido como ‘Gladiador’ debido a que simula un estilo usado en la Grecia antigua donde las cintas de tela y cuero rodean la pierna.

La idea de la microempresa comenzó hace casi 8 años cuando surgió la necesidad de emprender un negocio que permitiera sostener la familia, especialmente cuando aumentó con la llegada de la menor de sus hijas.

Aunque los primeros años en Ecuador fueron difíciles por las limitaciones para conseguir trabajo y acceder a educación y salud, manifiesta que nunca sintió rechazo por parte de los ecuatorianos.

Con ayuda de algunas personas laboró en locales comerciales, pero su mayor afán era tener la manera de progresar en forma independiente.

Hasta que llegó la oportunidad. La inspiración personal fue la base con la que desarrolló los estilos de calzado y, consecuentemente, procuró tener el mayor cuidado en los detalles y adornos de cada diseño. “Esa es la parte difícil, ser cada vez más originales”.

Precisamente, la creatividad visible en cada una de las sandalias -que van desde la talla 16 hasta la 42- es lo que determina el precio.

Se puede encontrar sandalias desde los $ 10 hasta los $ 30. Las más costosas son aquellas que incluyen plataforma. Al día puede elaborar hasta 60 pares con ayuda de su hija y un empleado.

Aunque no revela cuánto vende a la semana, Carmen aseguró que la microempresa es próspera desde sus inicios cuando salía a vender su producto en cantones como Milagro y El Triunfo “por el lado de los pueblos”.

En cuanto a Guayaquil, la demanda es escasa y la ciudadana colombiana, por el momento, ha preferido no tomarla en cuenta por la excesiva competencia que existe en sitios populares como la Bahía. “Aunque mis diseños siguen siendo originales”.

Sin embargo, hace menos de tres semanas, Ile Miranda, reconocida diseñadora de zapatos del país, conoció la historia y el trabajo de Carmen, y decidió promocionarla a través de cuentas en Facebook y Twitter.

En la página ‘Ella me quiso’ de Facebook, por ejemplo, subió fotos de los modelos diseñados por la madre de familia y, de manera casi inmediata, acogieron comentarios positivos y pedidos. Incluso le dio un nombre: edición ‘CarmenXEllaMeQuiso’ que también se convirtió en tendencia en Twitter.

Miranda conoció el proyecto de Carmen a través de la campaña ‘Sonríe, nos estamos integrando’, impulsada por el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH).

En tanto vio los modelos, “de inmediato solicitó promocionarlos y en pocos días llegó el primer pedido”.

A partir de ahí el trabajo aumentó considerablemente y en menos de dos semanas tuvo que elaborar al menos un centenar de pares para que sean vendidos en los locales de Miranda. “Eso nos ha dado mucha ventaja porque ella es una figura pública”.

La promoción ha generado interés no solo de Miranda, sino también de personas particulares de otros cantones.

Las expectativas de Carmen son altas desde que se contactó con la empresaria y no descarta ampliar la comercialización de su mercancía a más cantones de la provincia de Guayas. “Tratamos de hacer para todos los gustos”.

En Guayaquil, el 65% de los refugiados que llegan ha sufrido violencia en sus lugares natales. (I)

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