Un incendio ocurrido en una vivienda abandonada en las calles Higueras y Costanera, en Urdesa, al norte de Guayaquil, colmó la paciencia de los vecinos del sector, quienes reclaman que la estructura sea intervenida.

Se trata de una mansión a medio terminar que nunca ha sido habitada y que actualmente sirve como guarida de delincuentes, mendigos, adictos, y que también es utilizada como “motel” por jóvenes e incluso menores de edad.

El teniente de bomberos Jonathan Batista lideró el operativo para contener el flagelo; una vez controlada la situación se pudo determinar que las llamas se habían originado por una persona que estaba consumiendo drogas y una viruta encendida contaminó un colchón.

Aseguró que al año se atienden varios conatos de incendio en esta casa, casi siempre provocados. “Los mendigos vienen a consumir o a quemar cable para vender el cobre, lo hacen sin ninguna precaución y se originan conatos como el de hoy”, detalló.

Ítalo Centanaro, vecino que reside en la vivienda contigua, aseguró que el abandono de la edificación no solo genera inseguridad en el sector, sino que daña el ornato y genera malos olores.

Los mendigos que ocupan la estructura orinan, defecan, arrojan despercidios y rayan las paredes indiscriminadamente, lo que propicia también la proliferación de plagas como ratas y cucarachas.

“No se les puede decir nada porque terminan más bravos, hasta te quieren agredir. Hace unos meses le dije a alguien que no se meta ahí y me quiso golpear”, relató.

Otra moradora, que prefirió no identificarse, reveló que en el vecindario conocen a la mansión como “la casa de los hacheros” por la gran cantidad de drogadictos que ocupan el sitio.

Añadió que incluso hay familias que la utilizan como dormitorio. “En las noches se escuchan bebés llorando y gritando, ese no es ambiente para un niño”.

El edificio fue construido hace aproximadamente 50 años. En sus inicios la propiedad perteneció a un hacendado bananero llamado Marco Ramírez, quien no pudo culminarla por falta de dinero, ya que su negocio cayó en decadencia y cerró.

Luego fue embargada por deudas y posteriormente adquirida por un ciudadano italiano, actual dueño. En 2011 fue alquilada durante unos meses por un artista para montar un taller, pero finalmente fue desocupada y desde entonces su precariedad se ha acentuado.

A pocas cuadras del lugar existe una Unidad de Policía Comunitaria. Los gendarmes  aseguran que frecuentemente deben acercase para sacar a los invasores.

Muchos de ellos son estudiantes de los colegios públicos cercanos, que van a deambular en la construcción, beber, consumir sustancias o tener intimidad.

“Los policías vienen a sacar a los muchachos, se parquean afuera y empiezan a sonar la sirena. Así como se trepan por la pared para meterse, de la mismo forma se salen”, relató un vendedor ambulante.

El artículo 105 de la Ordenanza Sustitutiva de Edificaciones y Construcciones del Cantón Guayaquil hace responsables a los propietarios de lotes y construcciones inconclusas por el buen uso de los mismos.

El edificio no tiene ni siquiera un sello de desaseo, como ocurre con otros inmuebles en similar condición, fustigan los vecinos. 

Antiguo hotel deshabitado atrae a pillos y amantes

Similar situación viven los habitantes de Las Cimas del Bim Bam Bum, ubicada frente a la ciudadela Los Ceibos, en la vía a Daule.

Su principal queja es que una antigua edificación, en la que alguna vez funcionó un parque de diversiones y luego un hotel de lujo, está en completo abandono, carece de puertas o ventanas, por lo que cualquier persona indesesable o curiosa puede ingresar libremente.

El inmueble fue adquirido hace unos años por uno de los residentes del sector, quien dispuso a un guardia para que lo vigile; sin embargo, las dimensiones -la estructura tiene tres pisos-, la cantidad de lugares por donde se puede entrar y el hecho de que el celador no esté a tiempo completo hacen que el lugar atraiga a forasteros con malas intenciones.

“Hay personas que solo vienen a curiosear, pero la gran mayoría son consumidores que entran a drogarse o parejas que van a mantener relaciones sexuales”, aseguró Karina, quien no quiso dar sus datos completos “para evitar problemas”.

Añadió que en el interior se puede encontrar basura, botellas de licor, indicios de que gente de la calle ha pasado noches ahí y prendas íntimas manchadas.

Otro joven residente alertó del peligro que supone el abandono de la estructura. “Desde el cerro San Eduardo hay caminos desde donde se puede subir, ingresar al hotel y salir del lado del Bim Bam Bum, esto hacen los ladrones, que huyen por ahí mismo. De nada sirve que haya una garita y un guardia en la calle principal si el hotel les sirve de puerta trasera”.

Al igual que la “casa de los hacheros”, la estructura del antiguo hotel permanece ociosa y cada vez más desagradable a la vista. Sin embargo, tampoco ha sido intervenido o su propietario recibido sanciones por su deplorable estado. (I)