La costumbre de instalar pesebres en las esquinas de los barrios no ha desaparecido. Aunque ya no se lo hace como 20 años atrás, una de cada tres o cuatro cuadras todavía continúa con la tradición en el sur.

En Cristóbal Colón y Tulcán, José de Antepara y Manuel Galecio, así como en el Guasmo sur, cooperativa Mariuxi Febres-Cordero, se arman estos pesebres como parte de una tradición inquebrantable.  

La primera semana de diciembre los habitantes de estos sectores trabajaron con caña, madera y papel en la  elaboración de los nacimientos.

Edi Reyes, de 35 años, morador del Guasmo sur, cooperativa Mariuxi Febres-Cordero fue el encargado de construir el establo navideño en su sector.

Cuenta que la tradición ha pasado de generación en generación y que la costumbre de construir el nacimiento se mantiene desde hace más de 30 años. “Es divertido unirse en familia y poder armar este pesebre que no es un adorno sino la representación de que Jesús está con nosotros en una fecha muy importante”, aseveró.

Lorena Soriano, de 34 años de edad, y habitante del sector de Cristóbal Colón y Tulcán, asegura que la unión de los vecinos permite este tipo de actividades. Es la época en que los vecinos se unen más; unos colaboran con dinero, otros con cartones o papel y el resto ayuda a armar el pesebre.

Los trabajos realizados por los vecinos son una muestra de que la Navidad une familias y de que el fin de año sirve para reflexionar sobre lo negativo o positivo que se ha hecho.

Clara Bazurto, de 45 años, habitante de José de Antepara y Manuel Galecio, fue una de las más entusiasta al armar el pesebre.“Pienso que los vecinos al conocernos tantos años somos como familia. Es una tradición que llevamos desde niños; nuestros padres lo hicieron y nosotros la seguimos”.