Los juegos mecánicos de barrio, diversión accesible
Con una mano se secaba el sudor de la frente y con la otra cargaba una maleta que, a juzgar por el esfuerzo que Jorge Medián hacía, parecía contener piedras. El es un guayaquileño que los últimos 11 años ha viajado por todo el país, junto a su familia y amigos, en un tráiler de un parque de diversiones sin nombre, que por estos días se ubica en la Av. Francisco de Orellana.
El viajero de tez morena y ojos saltones que ahora vino de Ambato, se encarga del mantenimiento de las máquinas y se preocupa por la seguridad que estas brindan a los usuarios. “Tratamos de que todo esté en buen estado y los niños se sientan seguros en los juegos”.
A la derecha del parque se levanta una estructura de casi 40 metros de alto. Se llama Enterprise y según Jorge es la montaña rusa más alta de Guayaquil.
El centro de entretenimiento se asienta siempre en explanadas de sectores populares, porque al manejar precios económicos (los boletos cuestan $1,00 con excepción del Enterprise, que vale $ 1,50) va más gente.
El parque tiene entre sus juegos el gusanito, carros chocones, carrusel, tobogán y una casa embrujada.
Estos juegos llegaron a la urbe después de un viaje de aproximadamente 5 horas desde la provincia de Tunguragua, donde estuvieron 4 días.
Como todos los años, el parque popular abre las puertas en el mismo sector en el mes de julio por las fiestas de Guayaquil a las 18:00.
En compañía de un perro llamado “Buzo”, Manuel Cedeño, un niño de 12 años, y el primo de ojos azules, Pablo Issac, llegan al parque de diversiones en busca de adrenalina y emociones.
“Todos los años en julio buscamos estos parques, no importa donde se encuentren, les pedimos a nuestros papás que nos traigan porque nos encanta divertirnos”.
Según los menores, este entretenimiento los libera del estrés de la escuela y funciona como un descanso cuando no hay vacaciones.
El tagadá es la mayor atracción de otros juegos mecánicos que se encuentran en la explanada de Sauces 9 y es una especie de ruleta que da vueltas a alta velocidad.
A las 17:00 los juegos como el barco pirata, el gusanito, los barquitos y la rueda moscovita empiezan a funcionar y la gente del sector se alista a pagar el valor de la entrada: $ 1,50.
Los niños que llegan con una sonrisa y señalando cada atracción, toman de la mano a sus padres y los jalan hacia la boletería.
Según Guillermo Vara, el administrador del parque, llegaron a Guayaquil la semana pasada desde el cantón El Empalme, pero han tenido poca acogida durante su estadía en la ciudad, debido a problemas con el Municipio.
El administrador afirmó que buscan espacios en zonas de nivel económico bajo, porque ellos pueden costear sus tarifas.
Frente a la Policía Judicial del sector suroeste de Guayaquil hay un parque de diversiones que cuenta con aproximadamente 5 juegos.
Los precios van desde $ 0,50 a $1,00 y funcionan desde las 18:00. La gente de la zona acude al lugar ya que no existe otro espacio cercano de entretenimiento.