Si de comer se trata, los guayaquileños jamás se han hecho problema. Lugares hay y muchos en cualquier punto de la ciudad.

Uno de los más tradicionales está en las calles Capitán Nájera y Eloy Alfaro. Ahí, a partir de las 17:00, se puede percibir el olor a pescado frito. Se trata de la Picantería Olguita, en donde la especialidad es el arroz acompañado con filete de pescado frito, ensalada de tomate con cebolla y verde picado en dados, más salsa de guacamole.

Desde hace más de 60 años el plato especial que vendía  doña Olga Castillo, dueña de la Picantería Olguita, ha sido el preferido de muchos guayaquileños por su sabor.

Hace 14 años falleció doña Olguita y dejó el negocio a su hija, Rosario Vaca Castillo, de 65 años de edad; ella es ahora la encargada de atender a los clientes.

Los días ordinarios vende 800 platos y los feriados hasta 1.200. Cada plato cuesta $ 3. El arroz con camarones apanados vale $ 3,50. El plato especial de arroz con pescado frito, camarones, ensalada y verde se lo sirve por $ 6.

La picantería también se la conoce porque varias personas que ahí trabajan son homosexuales. En el lugar han comido personajes políticos como Abdalá Bucaram y Lucio Gutiérrez. El horario de atención es de 17:00 a 5:00, de domingo a domingo, no atienden Navidad y fin de año.

Otro  de los platos más solicitados a la hora de comer es el encebollado. En las calles 4 de Noviembre y Los Ríos, en el sur de la ciudad, existen cerca de 10 picanterías que atienden las 24 horas los fines de semanas y de lunes a jueves de 06:00 a 02:00 del siguiente día. El sector es conocido como ‘la calle de los encebollados’.

El ambiente a las 02:00 del viernes y sábado es ajetreado, está copado de autos y motos de clientes, personas que llegan en taxis, grupos de jóvenes que salen de fiestas. Ronald Lazz Toala, de 38 años y propietario de la picantería Niño Ronald, dice. En las madrugadas del fin de semana es donde más se vende, por lo general viene la gente que sale de alguna fiesta.

El precio es de $ 1,50 y lo puede acompañar con pan, arroz o chifles. El mixto cuesta $ 2,50.

Entre semana vende de 100 a 150 platos y los fines de semana de 250 a 300. El negocio es familiar, aunque hay picanterías que están muy cerca una de otra, esto no genera problemas por competencia, ya que cada una tiene su clientela.

Otra de las ‘huecas’ famosas es las hamburguesas de Crucelina. En 9 de Octubre y 1 de Mayo se encuentra el famoso agachadito rodante, en donde muchas personas se detienen a probar una rica y deliciosa hamburguesa, hecha por Crucelina Borja, mujer de 53 años conocida popularmente como ‘la negrita’.

Esta esmeraldeña que lleva más de 2 décadas con su negocio comenta que le va muy bien, “todo comenzó con gran sacrificio, ahora mi puesto es conocido hasta por famosos”. La acompañan 3 ayudantes con apariencia de chefs y meseros. Carmen es la encargada de freír las carnes; Julio despacha las hamburguesas y Carlos sirve las colas.

Alrededor se puede ver cómo las personas esperan su turno, sentadas en las veredas, paradas o arrimadas a un poste. Atiende de lunes a viernes desde las 16:00 hasta casi medianoche y no tiene sucursales en ningún sitio.