El fútbol en Ecuador se ha masificado del tal manera que todos los días, quienes son fanáticos de este deporte, se vinculan de alguna manera, ya sea por televisión, radio, asistiendo al estadio o simplemente practicando este deporte.

El fútbol ecuatoriano ya no es el mismo de antes, y no por los jugadores o por los técnicos, pues como selección tenemos 3 mundiales;  nuestros equipos han ganado peso jerárquico a nivel internacional. Pero algo que nos puede complicar casa adentro es la aparición de barras bravas.

Ya en la década del 70, en Inglaterra eran famosos los hooligans, aficionados de algún club de fútbol que tenían como misión alentar desde las barras causando temor en el resto; el país británico se vio obligado a abandonar las participaciones internacionales, ante el rechazo que causaba en la comunidad mundial la presencia de estas personas que muchas veces se tornaron agresivas dentro de los estadios.

Años más tarde, Margaret Thatcher, lideresa del Gobierno, logró con duras medidas erradicar a los  hinchas que generaban problemas de los escenarios deportivos.

Argentina es otro de los países futboleros por excelencia que sufre todavía de este mal. Basta con ver las imágenes del partido Boca vs. River por Copa Libertadores, en el cual los jugadores de River fueron agredidos por hinchas de Boca, antes del inicio del segundo tiempo en la Bombonera.

Aunque en diferentes países del mundo este tipo de aficionados ha generado malestar en el resto de las hinchadas, e incluso en las personas que no gustan del fútbol, Ecuador no ha estado exento de este tipo de confrontaciones entre fanáticos.

Barras en Ecuador

Los periodistas deportivos Roberto Román y Carlos Víctor Morales explican que en Ecuador las barras no tienen mucho tiempo y coinciden en que su aparición mermó la presencia de hinchas en los estadios.

Para Carlos Víctor Morales, las barras hacen un daño moral. “Estas agrupaciones de hinchas deben ser las que dan color en los estadios, aliento, el grito, el canto, pero sin llegar al plano violento que se está dando en el Ecuador. Su origen lo desconozco, pero de que hoy en día están tomando fuerza sí. Y es muy preocupante porque generan violencia e inseguridad en los estadios, y este tipo de violencia no puede mermar la asistencia del público”.

Para Roberto Román, el nacimiento de  las barras bravas no lo recuerda con exactitud, pero no debe tener más de 20 años. “El beneficio que le puede dar una barra brava al fútbol es ninguno”.

Desde el punto de vista de ambos  comunicadores, es posible desaparecer las barras bravas de Ecuador, las medidas deben ser legales, a través de la justicia, no del fútbol, sino de la justicia ordinaria, tal como lo logró Inglaterra, con medidas que van desde la prohibición de asistir a cualquier evento público de por vida hasta la cárcel para quienes generen actos de violencia.

Respetar la ley

Román asegura que el COIP (Código Orgánico Integral Penal) es una muy buena herramienta para desaparecer a los violentos. “Si ese código hubiese existido en la época que un desadaptado mató al niño en el Monumental, tranquilamente habría pagado hasta 16 años de prisión”.

Por otra parte, Román aplaude el poder de la tecnología en la resolución de los casos en contra de los hinchas violentos. “La tecnología ha avanzado tanto que en el mismo instante que se produce un acto de esta naturaleza se puede identificar a los autores, tal como pasó en Argentina cuando capturaron al hincha de Boca que agredió a la gente de River”.

Carlos Víctor añade que los violentos, al paso que van, podrían llegar a los planos demenciales que vemos en países como Argentina; asimismo, manifestó que existen medidas que se aplicaron en Europa y que podrían funcionar aquí, como el encarecimiento de precios en las entradas, eliminar el público de pie y prohibir de por vida el ingreso a los estadios de las personas que son identificadas como violentas.

“La vía más aconsejable de todas es la aplicación de la ley con todo rigor”.Con esa medida, al conocer lo que estipula la ley, quienes sean agresores lo pensarán dos veces antes de incurrir en acciones violentas, sobre todo si saben que las autoridades cuentan con un registro de imágenes como prueba.

Morales asegura que quitar las mallas de los escenarios deportivos es una medida aún improcedente, mientras no exista una cultura de buen comportamiento.

En el país, el Gobierno y las demás autoridades han planteado alternativas  que están encaminadas a solucionar la violencia en los estadios, aunque todavía no se ha podido erradicar los enfrentamientos entre hinchas, principalmente entre las barras, como la de Barcelona (Sur Oscura) y la de Emelec (Boca del Pozo), que en los últimos años han protagonizado desmanes en las calles de Guayaquil.

Uno de los enfrentamientos más fuertes fue el ocurrido en abril de 2006, cuando hinchas de Barcelona destrozaron la tribuna de la calle San Martín (hoy en remodelación) del estadio Capwell.

Los esfuerzos por mejorar siempre serán válidos, ahora resta que el ciudadano asuma una cultura de paz en los escenarios para disfrutar del deporte con la seguridad del caso y no solo por televisión, coincidieron los dos periodistas. (I)