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El Telégrafo
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La vulnerabilidad de los cantones, evidente con las lluvias

La vulnerabilidad de los cantones, evidente con las lluvias
06 de marzo de 2013 - 00:00

Los moradores de sectores del norte del cantón permanecen con temores y con quejas acerca del sistema de drenaje de agua que colapsó en días pasados y provocó inundaciones.

Tanto el Municipio de Guayaquil como Interagua, que han defendido la eficiencia de la red de canales y alcantarillado, señalan como responsable a una anomalía en la marea alta del río Guayas.

Ver infografía ampliada

Según el último reporte del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal, 20 sectores se inundaron en el norte: Alborada, Colinas de la Florida, Balerio Estacio, San Eduardo, Flor de Bastión, Orquídeas, Vergeles, Sergio Toral, entre otros.

Interagua, además, debió atender, entre sábado y domingo, a zonas del centro y sur como Malecón, Machala y José de Antepara, y Barrio del Centenario.

Aunque el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) reporta que los chubascos han bajado en intensidad, de 100 mm (entre sábado y domingo) a 22 mm (entre lunes y martes), los efectos de la inundación se mantienen en  áreas  aledañas a los canales de aguas lluvias  y en aquellos en donde aún no hay alcantarillado.

Delma Torres, quien vive en la 6º etapa de la Alborada, se quejó de que los problemas con el alcantarillado son comunes en cada invierno. “Interagua tiene que  hacer una inspección y explicarnos por qué, si mantenemos las alcantarillas limpias, el agua demora en bajar”.

Interagua, según su página web, inició la fase invernal de limpieza de canales y sistemas de aguas lluvias en enero de este año. Por ello, realizó una inversión de $ 4 millones.

No obstante, en un recorrido se constató que en varios canales aún, hasta ayer, predominaba la presencia de basura y maleza: Urdenor 1 y 2, Alborada, Mucho Lote, Orquídeas y Vergeles.

En el último punto, por ejemplo, los moradores reconocen que transeúntes arrojan al canal elementos de plástico, madera, cáscaras e, incluso, animales muertos. Al pie de un improvisado mercado de víveres reside Beatriz Orellana. Frente al lugar, de una tapa del sistema de aguas servidas emerge un chorro desde el sábado. “Eso es porque el sistema se colapsa en cada invierno, todos los años”.

Mientras que en el Valle de los Geranios, también al norte, varias casas permanecen anegadas y los moradores se quejan de la nula presencia de las autoridades.

El nivel de agua estancada, hasta la mañana de ayer, llegaba a unos 50 centímetros de altura; y el fin de semana se mantuvo por encima del metro.

Clara Hernández, quien ha vivido casi una década en el sector, responsabilizó directamente al Cabildo porteño por la situación que tienen que enfrentar. Precisamente, en octubre del año pasado se realizó un relleno que tapó el sistema de alcantarillado.

Como prueba de aquello, Hernández mostró un documento, con sello, que confirma que fue recibido en la Dirección de Obras Públicas del Municipio de Guayaquil el 3 de diciembre de 2012. En el documento consta la inconformidad con la obra entregada. “Antes nos llenábamos de agua, pero bajaba rápido... Advertimos lo que podía pasar y nunca nos escucharon”.

En sectores como Flor de Bastión, Nueva Prosperina, Sergio Toral, en cambio, las observaciones se dirigen a la falta de un sistema de alcantarillado.

Gina Gómez, vecina de Nueva Prosperina, aseguró que el agua que proviene desde los cerros forma una correntada, la cual  termina por abrir zanjas en las peatonales. “Esa deficiencia pone en peligro nuestras vidas y  varias casas, porque el agua se sigue acumulando a medida que pasa el tiempo”.

Hasta ayer el COE informó que en total son 27 las casas que han colapsado como producto de los deslizamientos y por la marea alta en los esteros.

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