La Resurrección les dio a los fieles fuerza espiritual
Los devotos católicos que acudieron ayer a la misa expresaron que luego del Domingo de Gloria retomarán sus vidas con renovada fortaleza espiritual.
Roxana Bravo, de 39 años, salió de la Iglesia María Madre de los Huérfanos, de Pascuales, proyectando tranquilidad en su sonrisa. El rito católico para ella significa un nuevo comienzo, porque las escrituras rezan que Cristo renació. “Empezaré a cambiar, compartiré más con mi familia y me preocuparé más del prójimo”, prometió.
Bravo enfrenta una prueba que le ha hecho aumentar la fe. Hace tres meses Lorgio Moreira, su esposo, de 46 años de edad, sufrió un derrame cerebral, eso los ha acercado más a la Iglesia.
A Lorgio, quien trabaja hace tres años como guardia de seguridad en la Unidad Educativa Padres Somascos “El Cenáculo”, el estrés le provocó hipertensión arterial. “Los profesores lo llevaron al Hospital del IESS, Teodoro Maldonado, en el sur, donde recibe tratamiento”.
Su conviviente ahora muestra un 60% de recuperación. El neurólogo que lo atiende le dijo que el derrame fue del lado derecho, aunque la parte izquierda está dormida.
Otro creyente es Marcos Carrillo, quien fue a la Iglesia de La Merced. Para él la resurrección se trata de renovar el espíritu, vivir una nueva vida y creer que Cristo existe. “Para reflejar la gloria de Dios intento cumplir con sus mandamientos y expresar que creemos en Él”.
Carrillo no ha hecho promesas, pero quiere que sus hijos sigan el camino de Dios. También está pasando por una prueba que, aunque no lo afecta directamente, lo considera una penitencia. A su hija de 28 años, quien recién se casó, le pronosticaron cáncer en el seno.
“Le di gracias a Dios porque es una enfermedad que Él le mandó. No se trata de decir que no existe”. En la Iglesia María Madre de los Huérfanos estuvo Orlando Alvarado, quien es guitarrista y parte del Movimiento Juan 23. Uno de los defectos de su personalidad que se propone cambiar es el mal humor.
“Soy músico y cuando alabo al Señor me gusta que salga perfecto, de lo contrario siento mucho enojo”. Su meta, dijo, es cambiar su carácter fuerte y mejorar en el coro.
La prueba que enfrenta, confesó, es que está separado de su familia y su mujer. Como producto de ello sus hijos están en Daule, aunque los ve todos los días porque su lugar de trabajo es en ese cantón.
A Orlando le afecta no ser esa guía que antes fue para ellos. Él tratará de mostrar un cambio en su carácter para encaminarlos, por ello los llevará a un retiro espiritual.
Orlando expresó que ha leído que Jesús murió por él y que cada año, después del Domingo de Gloria, debe ser mejor. “Si en el 2010 no logramos nuevos propósitos, este 2011 Jesús nos invita a una transformación”.
La resurrección es esperanza y certeza de que el hombre tiene paz, gozo, alegría y confianza en Dios. Lo que le ocurre a Roxana, según Óscar Peláez, quien es sacerdote de La Orden de la Iglesia de La Merced, en cierta forma simboliza la fecha.
“La resurrección de Jesús en el Domingo de Gloria es la nueva oportunidad de vida que nos da Dios. Se la experimenta cada vez que buscamos el perdón así como el restablecer la confianza y paz con el Señor”.