Problemas en el alcantarillado pluvial, viviendas derrumbadas, apagones, congestionamiento en el sistema de la Metrovía y 4 fallecidos fueron el resultado de la lluvia más fuerte del año que se registró entre la noche del miércoles 7 de mayo y la mañana del 8 de mayo de 2014. La tormenta, que se prolongó por 12 horas, colapsó temprano todo el sistema de transportación pública debido a que las calles se inundaron rápidamente. El alcantarillado para el desfogue de las aguas acumuladas en las calles no funcionó.   

Las inundaciones fueron evidentes en las calles Sucre, Los Ríos, García Moreno; y en los barrios Bastión Popular, Flor de Bastión, Paraíso de la Flor, Nueva Prosperina, Cordillera del Cóndor, El Fortín, Sergio Toral,  Bella Visión, Paraíso de la Flor, Alborada, Sauces, La Atarazana, Urdesa, Martha de Roldós, entre otros. Los problemas se registraron tanto en la zona urbana como en las periféricas.     

Según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), ese día cayeron alrededor de 90 litros de agua por metro cuadrado. La cifra ubicó al evento natural como la lluvia más intensa de 2014 y la más fuerte de los últimos 14 años. Un evento de similar magnitud se dio el 5 de mayo de 2000, cuando se registraron más de 100 litros de agua por metro cuadrado.

El primer día de lluvia, el aeropuerto paralizó sus operaciones por cerca de una hora y, al siguiente día, el Ministerio de Educación decidió suspender las clases en los distritos 7 (Vergeles) y 8 (Monte Sinaí).

De la misma manera, la Empresa Eléctrica de Guayaquil informó que hubo apagones porque se desconectaron varios sectores de la red. Entre las zonas afectadas estuvieron la Kennedy Vieja, vía a Daule, norte, parte del centro y sur-centro de la ciudad.

Uno de los mayores desastres se reportó en el bloque 1 de El Fortín, donde estaba la vivienda de Norma Cordovilla y Johnny Venegas, de 41 años. El 7 de mayo la pareja perdió a sus dos hijos (uno de 6 meses y otro de 4), los cuales fallecieron cuando la casa se desplomó al pie de un canal abierto. Días después, las autoridades de rescate continuaban en la búsqueda del cuerpo del mayor de los infantes.     

En cambio, en otros sectores de la urbe porteña, dos ciudadanos perdieron la vida al electrocutarse.

En el informe de los daños ocurridos por la tormenta María del Pilar Cornejo, titular de la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR), cuestionó, nuevamente, la eficiencia del sistema de alcantarillado de la ciudad. La funcionaria expresó que con la precipitación extrema, registrada entre el miércoles y jueves, se evidenció que el drenaje es obsoleto.

Otro de los problemas detectados, según Cornejo, fue que en la ciudad aún se registran asentamientos al pie de canales, en zonas en las que hay deslizamientos y se continúa deforestando los cerros.   

Al respecto, el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, deslindó la responsabilidad del Cabildo en la caída de las casas (precisó que eran 6).   

Para él -quien al día siguiente se refirió escuetamente a lo ocurrido en el cantón- ninguna casa estaba regularizada. “Nosotros no legalizamos propiedades en situación de riesgo”, argumentó.  El Ayuntamiento informó que con sus brigadas brindó asistencia médica en El Fortín y Nueva Prosperina (en el noroeste).

También el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) desplegó varios equipos para atender a 28 familias, de Paraíso de la Flor, El Fortín y Lomas de la Florida, afectadas por la lluvia.

La Gobernación del Guayas cuantificó que hubo 15 viviendas colapsadas y 19 afectadas. En los meses siguientes se repitieron las inundaciones en zonas del noroeste.