La riqueza y diversidad de la gastronomía guayaquileña es tan notoria en cualquiera de los rincones de la urbe. Desde hace 25 años existe la fritanguería El Buen Sabor, una ‘hueca’ muy conocida cuyos asiduos comensales la visitan de lunes a domingo.

Jorge Luis Méndez Hinostroza, de 56 años, es su propietario. Él cuenta cómo empezó el negocio y qué tan difíciles fueron los inicios. “Yo era guardia privado y un día me robaron el arma de dotación, me descontaron y el dinero no me alcanzaba; entonces me vi en la necesidad de tener mi negocio”. Fueron tiempos difíciles para don Jorge, quien se llenó de valentía y emprendió este negocio.

Sin nombre y con tan solo una mesita para cortar la carne inició lo que hoy es conocido como la ‘Fritada del Guasmo’.

“Me inicié en Av. del Ejército y Sedalana, pero vi la concurrencia y el movimiento comercial que existía acá en el Guasmo y me traje mi negocio para acá. Estuve en el sector El Pedregal, luego pasé a donde hoy se encuentra un banco, pero me pidieron que desocupara el local; busqué y adquirí el terreno en donde hoy funciona mi negocio.

Para comprar el terreno se endeudó con 16 millones de sucres, pero con su trabajo y el apoyo familiar canceló lo que debía.

Todo el sacrificio y el esfuerzo de Méndez son recompensados cuando observa a su clientela satisfecha por el plato emblema del local y contenta por la atención recibida por los empleados que laboran allí. “Me da gusto ver la cara de felicidad de mis clientes”.

Su principal fortaleza -afirma Méndez- es Dios. Su local es conocido por taxistas y público en general. Este negocio dota de empleo a 13 personas. La acogida del establecimiento, dice Méndez, es notable, “Hay días en los que la venta está baja y arriban de 50 a 70 personas, pero los fines de semana llegan entre 300 y 400 comensales”.

Laura Heredia -clienta- asegura que acude al lugar por el excelente sabor de sus platos. “La mejor promoción es la sazón y el servicio”. (I)