Los trastornos pueden variar de un desánimo a una afectación física
La depresión, un problema recurrente
Lo que para los demás fue un día rutinario, para Willy, quien vivía con depresión aguda, fue fatal. Una mañana, tras desaparecer, su familia lo encontró en la camilla de la morgue como consecuencia de ahogamiento voluntario.
Esta historia llenó diarios y noticiarios locales. Lo que parece solo ocurriera en películas, actualmente, es real.
De acuerdo con la coordinadora del Instituto de Neurociencias, Carmen García, en un mundo lleno de estímulos, en cualquier momento, 1 de cada 10 personas sufrirá síntomas de depresión, sin importar la edad o género.
Los estados del trastorno -explica- pueden variar desde un leve desánimo hasta un grave problema físico que afecta directamente el autoconcepto y la valoración propia, el aprecio a los demás y al mundo que los rodea.
En algún momento de su vida alguna persona presenta una sensación de decaimiento durante el día o falta de interés por sus actividades favoritas. El cambio significativo de peso y la pérdida de apetito se convierten en un hábito.
Al respecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que cada 40 segundos alguien se suicida en el mundo. Para 2020 se prevé que la cifra ascienda a 1,5 millones de víctimas.
Las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en su informe de 2010, refleja que un total de 658 personas se quitaron la vida en Ecuador; mientras que en 2011 esta cifra aumentó a 913. Este problema se convirtió en una de las primeras 15 causas de muerte en el país.
De acuerdo con María del Carmen García, especialista en cirugía y psiquiatría, cuando el cerebro no cuenta con la suficiente cantidad de neurotransmisores (que son los encargados de mantenernos anímicamente equilibrados), el individuo tiende a deprimirse y presenta decaimiento, fatiga y pensamientos malignos.
“Es común que alguien tenga pensamientos negativos, pero el problema de los depresivos radica en que estos se vuelven constantes, lo que puede llevar al suicidio”.
Las cifras del Instituto de Neurociencias de la Junta de Beneficencia de Guayaquil indican que de las 500 personas que reciben al mes, una cantidad considerable presenta problemas depresivos-suicidas comúnmente.
Para los especialistas, el tratamiento con fármacos y la terapia electroconvulsiva son las vías de solución.
Pero adicionalmente existen alternativas naturales para normalizar la regulación hormonal. Por ejemplo, los estudiosos del tema consideran que la noradrenalina mejora la vigilancia, la motivación y los niveles de energía.
La serotonina, que afecta la ansiedad e irritabilidad, parece controlar la pasión y los impulsos. El último elemento, junto con la dopamina, regula el apetito, el sexo y la agresividad.
ALGUNOS SÍNTOMAS
Antecedentes de familiares con la enfermedad, experiencias traumáticas de la infancia, estrés, períodos de vida bajo episodios de desesperación y falta de sueño.
Investigaciones internacionales de la doctora Rachel Fiske, de la Universidad de San Francisco; la Universidad de Navarra y la revista Archives of General Psychiatry certifican que el exceso de ciertos alimentos es dañino.
En la lista están los endulzantes artificiales, los cuales, según especialistas de Estados Unidos, atacan directamente al sistema nervioso y producen depresión.
La comida frita, alimentos ricos en grasa saturada, contribuyen a desarrollar conductas depresivas, por las reacciones químicas que se producen en el cerebro.
Las grasas trans y saturadas, según especialistas, producen efectos negativos en el sistema nervioso.
El abuso del alcohol por un tiempo prolongado interfiere en receptores del sistema nervioso.