Un día después de las celebraciones de la fundación de la ciudad, en las calles de Guayaquil, al igual que años anteriores, hubo grandes cantidades de basura en las aceras, aunque posteriormente  fueron recogidos los desechos.

Según el gerente de operaciones de Puerto Limpio -empresa encargada de la limpieza en la ciudad- Juan Carlos García, después de las fiestas  siempre hay más basura que lo normal, pero en este año en particular el trabajo ha sido doblemente difícil y la cantidad de desechos fue descomunal. 

García señaló, además, que aproximadamente 60 personas más fueron contratadas este mes para   limpiar la urbe.
El personal adicional se dividió el martes en distintos sectores de la ciudad: 40  fueron asignados en el centro y en  barrios aledaños; y 20 en la avenida Francisco de Orellana.

“Para poder completar la limpieza de las calles empezamos a trabajar desde las 18:00 del lunes; solo así pudimos terminar a las 10:00 del martes”, explicó el gerente de Puerto Limpio.

Daniela Contreras, quien vive en el centro de la ciudad, comentó que el lunes las calles parecían un basurero, especialmente la avenida Nueve de Octubre.

“Fue impresionante, no se podía caminar sin pisar vasos, comida, papeles y fundas, parece que la gente no conoce el significado de basurero”, señaló.

Contreras confesó que se sorprendió ayer al ver la ciudad  limpia,  ya que por lo general la basura  permanecía por semanas en el mismo lugar, después de las fiestas.

Para Jorge Rosales, morador de Las Peñas, la cantidad de desechos encontrados en las calles de Guayaquil “no fue tan grave”.

Sin embargo, él  afirmó que es normal ver basura en la ciudad después de una celebración importante como es la fundación.

“La gente bota la basura al piso porque es más cómodo y no tienen noción del daño que   hacen al ambiente. Los ciudadanos  saben que no son ellos quienes harán el trabajo pesado de recoger todo, sino alguien más, entonces no les importa”.

Rosales comentó  que deberían ser más rigurosas las sanciones para las personas que sean sorprendidas botando basura en ese momento, pues solo así  dejarán de hacerlo.

Para algunos habitantes del centro de la ciudad es indispensable que se recoja la basura, mínimo dos veces al día, debido a la cantidad de gente que anda por las avenidas.

Laura Quinto, comerciante de la calle Gómez Rendón que presenció la polución,  afirmó que el problema es  que la gente no tiene en la conciencia  cuidar al medio ambiente y no les importa vivir en una ciudad llena de basura en las calles.