La avenida Casuarina, otra de las zonas con el tráfico más crítico
Cuando a varios taxistas se les solicita una carrera a la entrada de la 8 o avenida Casuarina a las horas de mayor tránsito, lo piensan varios minutos. Algunos, los que deciden ir desde el centro, piden mínimo 8 dólares.
Juan Guamán, quien en esta semana realizó dos carreras hasta ese punto del noroeste del cantón, actualmente ya no quiere circular por el sector. “Me quedé atrapado una hora a la entrada y no pude avanzar. Esta zona requiere de semáforos o alguna autoridad. En la noche es peor”, se queja el conductor, quien cree que por la demora que representa ir hasta allá la tarifa debería superar los 10 dólares.
En cambio, José Suárez, que trabaja por el noroeste, lamenta que por culpa del tráfico no puede llegar a tiempo a la Universidad de Guayaquil, donde estudia. “Salgo con una hora de antelación, a las 17:00, pero el tráfico es insoportable”.
Los problemas de congestionamiento inician en la intersección de la avenida Casuarina con el km 26 de la vía Perimetral, en donde se levantan unos pilotes que sostendrán la estructura del intercambiador que construye el Municipio de Guayaquil.
Las maquinarias, en este punto, no interfieren con los vehículos que se dirigen o salen de la cooperativa Balerio Estacio, ubicada cerca de la estructura vial.
Sin embargo, el tráfico se vuelve lento debido a que, mientras duren las obras, solo existen 6 carriles (3 para sentido norte-sur y 3 para sentido sur-norte) en la Perimetral.
José Beltrán, quien debía llegar a una ferretería en la Balerio Estacio, optó por estacionar su vehículo cerca de una unidad de la Policía Nacional asignada para la intersección.
En la zona, solamente se observa, al menos, tres agentes de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) que dirigen la circulación vehicular y peatonal. “Hasta que llegue con mi carro, avanzo más rápido caminando”, refirió el ciudadano con respecto a las 3 cuadras que recorrió a pie.
El tráfico se vuelve más lento cuando se ingresa a la Casuarina. El Cabildo realiza obras de pavimentación desde abril de 2012 y los automotores disponen solo de 4 carriles (para ida y regreso) para circular.
El poco espacio que existe para maniobrar obliga a los vehículos más pequeños, sean carros o motos, a extremar precauciones para no colisionar con otros más grandes. Una decena de líneas de buses, aproximadamente, hacen uso del trayecto: 1, 8, 14, 66-B, 105, 112, 116, 132, entre otras.
Roberto Avendaño, un motociclista que trabaja para una empresa de mensajería, aseguró que el sitio resulta muy peligroso para circular. “Los choferes de buses son los más prepotentes e intentan ganar espacio a punta de cerrar el paso y nos obligan a orillar fuera del pavimento”.
Hasta pasar el tramo que comprende la Balerio Estacio, Fortín de la Flor y Guerreros del Fortín, los vehículos se toman alrededor de 15 minutos para recorrer una distancia aproximada de 1 kilómetro.
La velocidad promedio a la que circulan los automotores es de cerca de 20 km/h. En la ruta, también se observa la presencia de agentes de la CTE.
Martín Robles, asistente de un bus de la línea 132, comentó que durante el primer lapso de la hora pico (06:00-08:00) los choferes optan por desviarse a través de otros sectores, como Flor del Norte, para salir del lugar. “Por eso es que los pocos que prefieren ir por la Casuarina se llenan porque a esa hora hay menos unidades en el lugar”, dijo Robles.
Las obras de pavimentación se extienden hasta la entrada del nuevo Mercado Municipal minorista, en donde la cantidad de carros disminuye.
Marco Pilay, comerciante, explicó que en este punto, buena parte de los vehículos, incluyendo líneas de transporte, desvían su trayecto hacia Nueva Prosperina. “Es la ruta obligada para salir de la Casuarina si no se quiere avanzar hacia la Perimetral o Monte Sinaí”, explicó Pilay.
Para salir de la Casuarina hacia la Perimetral, algunos choferes optan por tomar un desvío, antes de llegar a la intersección, para evitar el tráfico que existe donde se construye el intercambiador.