En av. Francisco de Orellana, los cables regresan
“Quien decidió enterrar los cables en esta ciudad y acabar con los tallarines fui yo” dijo en una entrevista para un medio local, hace casi medio año, el exalcalde Jaime Nebot cuando se le consultó acerca de la contaminación visual que generan los cables de servicios telefónicos e internet.
En sectores como La Atarazana, Las Acacias y Sauces, el problema lleva décadas pese a que la regeneración urbana llegó también a esos sitios.
Sin embargo, en días recientes, una situación llamó la atención de quienes transitan por la av. Francisco de Orellana, desde la calle Alejandro Andrade hasta la Pompilio Ulloa, cerca del centro de atención del Servicio de Rentas Internas.
En los postes ubicados en el parterre se observan cables colgando tanto de una viga a otra y enroscados alrededor de estas.
“Ya tiene tiempo pero como en los alrededores hay peores tallarines, pareció normal”, dijo Javier Veloz, un taxista que opera en un centro comercial de la zona.
La ordenanza que regula la instalación de postes y líneas de telecomunicaciones aéreas y subterráneas en el cantón Guayaquil establece sanciones en caso de una inadecuada disposición de los cables en las calles.
El artículo 57 sentencia que las empresas responsables serán sancionadas hasta con $ 492, el equivalente a un salario básico más el 25% de este monto.
Durante su campaña electoral, la alcaldesa Cynthia Viteri aseguró que los controles se harán más rigurosos, tanto en inmuebles existentes como en nuevos proyectos.
Este Diario solicitó información desde hace dos días al Cabildo para conocer sobre la procedencia de los cables en la av. Francisco de Orellana pero hasta el cierre de esta edición, no hubo respuesta.
En Guayaquil existen aproximadamente 320.000 postes que son manejados por la Corporación Nacional de Electricidad y la Corporación Nacional de Telecomunicaciones. (I)