La avenida Víctor Emilio Estrada (VEE), de la ciudadela Urdesa, es una de las más transitadas del norte de la ciudad. En la calle, que cuenta con más de 200 locales comerciales en toda su extensión, hoy existe preocupación por los robos y asaltos que se presentan con frecuencia.

Los dueños de restaurantes y locales sienten temor porque, según ellos, la inseguridad ha aumentado en los últimos dos años, razón por la cual en  meses recientes aseveraron que han perdido clientes. 

“Hemos perdido 20 clientes este año, algunos dicen que ya no vienen porque no tienen tiempo, pero la mayoría prefiere ir a otro lugar porque les da miedo que acá les roben”, confesó Adali Bustamante, dueña de la peluquería La Venezolana.

En este establecimiento, que fue abierto hace seis años, han asaltado dos veces en los últimos seis meses, según su dueña.

A lo largo de la VEE se observa la presencia de miembros de  la Policía, y aunque la institución afirma que la vigilancia se hace  las 24 horas del día,  los comerciantes se quejan porque de lunes a viernes los ven a partir de las 17:00.

“Por aquí la Policía ronda muy poco, al menos por las noches casi no hay patrullas por las calles de Urdesa”, dijo el dueño del restaurante Al Carbón, Fernando Isaguirre, a quien han agredido varias veces al salir de su trabajo.

Los callejones  de la avenida, denunció, son la principal fuente de fuga para los asaltantes de la zona. “Las calles están oscuras y en los pasadisos no hay policía, por ahí se escapan con todo y nadie los ve”, lamentó Isaguirre. 

Las personas que viven en el barrio afirman no salen entre las 17:00 y 22:00 porque esas son las horas más “peligrosas” para recorrer la Víctor Emilio Estrada.

Byron Figueroa, cliente frecuente del local de shawarma Al Malek, cuenta que a él nunca le han asaltado, pero ha visto cómo se acercan personas disfrazas de clientes a robar a aquellos que están comiendo. Por lo general, acotó,  las cosas más comunes que se llevan son celulares de la marca Blackberry y cadenas de oro y plata.  

“La gente ya viene solo con un billete en el bolsillo, no anda con carteras ni billeteras porque eso es lo primero que buscan”.

A la dueña de Pecatto, restaurante de comida típica, Gladys Medina, la asaltaron el pasado 18 de diciembre. Ella recordó  que lo hicieron varios agresores que parecían clientes.

“Se sentaron en una mesa, pidieron comida y cuando el mesero se dio la vuelta se pararon y amenazaron a los demás clientes con armas. Cerraron con candados el local al fugarse para que nadie los siguiera”.

Gladys también propuso nuevas ideas de cambios en la vigilancia de la avenida. “Debería haber más policías   en las calles. Creo que así se podría evitar  lo que está pasando”.

Sara Rodríguez, dueña del salón de belleza Beauty Salón, cuenta que una vez se subió a un taxi amarillo afuera de su establecimiento, pero a las dos cuadras fueron interceptados por otro automóvil que venía con 3 hombres. “Me robaron todo, 50 dólares  de la billetera, mi anillo de compromiso y una cadena que me había dado mi abuela. No tienen perdón”.

Otros vendedores comentaron que debido al cierre del puente de Las Monjas, los clientes han disminuido, sin embargo creen que la pérdida se debe más a la inseguridad que a otra cosa.