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Incendios forestales se enfrentan con tecnología

Incendios forestales se enfrentan con tecnología
Karly Torres / et
03 de diciembre de 2017 - 00:00 - Juan Carlos Holguín

El lunes 5 de diciembre de 2011 se suscitó un incendio en el bosque protector Cerro Colorado. En poco tiempo el siniestro se salió de control y durante 5 días consumió cerca del 60% de la reserva forestal.

En ese tiempo este tipo de incendios se atacaban con la lógica de una emergencia estructural. Así lo recuerda el mayor Fernando Ayala, quien lleva más de dos décadas en el Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil (BCBG) y hace cinco años, cuando se creó la División Técnica Forestal y Ambiental que se especializó en combatir este tipo de siniestros, fue nombrado jefe de este grupo.

“Antes simplemente se protegían los perímetros, como si fueran los extremos de las casas, y el resto de la vegetación se afectaba”, relata el oficial. Los mismos bomberos que luchaban contra el fuego en una vivienda o un edificio, eran los que escalaban la montaña enfundados en sus pesados trajes, con extensiones de manguera para llevar el agua desde abajo hasta las llamas que ardían en lo alto.

“Uno llegaba extenuado a la parte alta sin la suficiente presión y caudal de agua porque entre más tramos de manguera, la presión y el caudal van disminuyendo”. Cuando esto ocurría llegaban chorros pequeños y todo tenía que hacerse manualmente, solo con machetes. “Era un trabajo bien extenuante y rudimentario”.

Cuando se creó la División Forestal, el personal se especializó en los incendios que se dan en el monte, en la montaña, donde las condiciones son muy diferentes a las de una casa. Se tienen en cuenta factores como el viento, la temperatura o la radiación solar. La división cuenta con 45 bomberos más 60 de otras brigadas que se han especializado. El combate de los incendios forestales se hace de manera técnica, con criterio ambiental. Y la tecnología se ha vinculado a esta lucha.

Estaciones meteorológicas y GPS
El Cuerpo de Bomberos de Guayaquil ha reforzado el trabajo preventivo para disminuir el tiempo de respuesta. Por ello instaló estaciones meteorológicas en los cuarteles de Metrópolis (autopista Narcisa de Jesús), Ceibos y Holcim (vía a la Costa). Estos equipos permiten monitorear alertas tempranas ambientales para saber qué días hay que estar atentos ante posibles emergencias.

“Las estaciones nos dan la información en tiempo real, a través de la red. A nuestros celulares y computadoras nos llegan los datos y nos avisan, por ejemplo, si en el cuartel de la vía a la Costa tenemos temperaturas extremas o condiciones ambientales que puedan facilitar un incendio. Entonces sabemos qué cantidad de recursos mandar y estar en una prealerta ante una posible emergencia”, explicó Ayala.

También se adquirieron GPS que son radios de comunicación a la vez, estos permiten, durante un incendio, determinar el punto desde donde el jefe de cuadrilla está hablando y en un mapa se muestra su ubicación.

De igual forma el BCBG cuenta con SPOT, que son dispositivos tipo GPS para ver en tiempo real dónde está el personal bomberil en una emergencia. Así, en caso de que se presente un problema, la reacción es más rápida. El aparato posee diferentes configuraciones, con botones que se oprimen para reportar si la persona llegó al sitio, si la emergencia está fuera de control o si necesita asistencia.

“Esto permite optimizar los recursos. En estos días críticos, con base en los reportes de las estaciones meteorológicas implementamos patrullajes preventivos por zonas consideradas en alto riesgo, para evitar que alguien prenda una fogata ya que, al tener condiciones adversas, es factible que el fuego se propague”, señaló el jefe de la División Forestal.

Además, el 1 de noviembre el departamento de Sistemas del BCBG desarrolló una aplicación web para hacer los reportes e informes al momento de una emergencia. Desde una tablet o celular se elabora el reporte y se manda a la central, lo cual permite agilizar los trámites y coordinar el envío de más personal, en caso de requerirlo.

Otros equipos que adquirió el organismo son dos visores nocturnos y un distanciómetro, una especie de binocular que marca la distancia hasta el objeto que se enfoca. Eso permite decirle a una cuadrilla cuántos metros avanzar hasta determinado objetivo. “Tenemos uno y planeamos conseguir cuatro más”, afirmó el mayor Ayala. También se compraron repetidoras portátiles, para mejorar las comunicaciones en el campo de trabajo.

Foto: Juan Carlos Holguín / et

Equipos tácticos
Este año el BCBG incorporó para su División Forestal, cuatro vehículos de intervención rápida que facilitan subir a las partes altas de las montañas en menor tiempo, disminuyendo el desgaste físico. Los automotores tipo cuadrón poseen una bandeja en la parte trasera en la que se colocan las herramientas manuales hasta llegar al sitio donde está el fuego. Así se mejoran los tiempos de respuesta y los bomberos pueden llegar a las partes más altas de la montaña.

De igual forma se adquirieron mochilas forestales con capacidad para transportar 20 litros de agua, las cuales permiten mayor movilidad cuando el bombero debe combatir el fuego frente a frente. También hay bombas de motor portátiles, que el personal se pone en la espalda y sube a lo alto para hacer una cadena de rebombeo desde lo bajo. Así es posible llegar hasta arriba con buena presión y buen caudal de agua.

El mayor Fernando Ayala explicó que por primera vez se incorporaron camiones Mercedes Benz, cuatro en total, que pueden rodar tirando agua.

“Son vehículos netamente forestales, al avanzar arrojando agua nos permiten ir humedeciendo los perímetros, combatiendo el fuego en todas las guardarrayas y caminos que se establecen”.

Dichos automotores vinieron dotados con piscinas retráctiles, una por cada camión, con capacidad de 3.500 galones, lo cual permite a los bomberos poner sus propias fuentes de agua en la parte media o alta, tanto para abastecer sus unidades, abastecer el personal con las mochilas e inclusive abastecer el helicóptero de la Policía cuando tiene la canasta de agua, o bambi bucket.

“Es cuestión de jalarlas y ellas en un minuto están desplegadas, operativas y listas para recibir el agua. Su capacidad es suficiente para que nuestro personal trabaje en la parte alta”, afirmó Ayala. De igual forma se incorporó un colchón inflable sellado, como una cama de agua, que se llena en lo alto de la montaña y suministra el líquido. También se adquirieron uniformes especiales, elaborados con material ignífugo, siempre pensando en la seguridad del personal.

El jefe de la División Forestal asegura que este año se han presentado incendios forestales muy fuertes, pues como hubo un invierno intenso, “creció una gran cantidad de vegetación, lo cual creó un buen colchón vegetal que es lo que está ardiendo en estos días, con el sol y la radiación, propicios para que todo se prenda”.

Según el mayor Ayala, el 90% de los casos es provocado por el ser humano. “Es gente que se mete al bosque y quema cable para sacar el bronce, pero el fuego se les va de control”. También, en la vía a la Costa o vía a Daule, muchos agricultores empiezan a quemar la vegetación con el objetivo de preparar los suelos para la temporada invernal, para sembrar.

De igual forma hay gente que se mete al monte a fumar y dejan las colillas encendidas, lo cual inicia las llamas. Y también es frecuente que personas con el afán de invadir un terreno le prendan fuego. Así ocurrió el pasado martes 24 de octubre, cuando varios sujetos provocaron un incendio en el bosque protector Papagayo, sector de Monte Sinaí, noreste de Guayaquil. Las llamas consumieron un total de 118 hectáreas.

En este caso, según el mayor Ayala, el moderno equipamiento permitió controlar el fuego en un tiempo aproximado de 8 horas, que es poco tomando en cuenta la extensión de terreno afectado. (I) d7a

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