El mejoramiento de canales y zanjas y la elaboración de un plan que involucre a varias instancias gubernamentales son las recomendaciones que realizan especialistas para mitigar posibles inundaciones y anegaciones en la ciudad.

Las observaciones se enfocan a la optimización del funcionamiento de la red de alcantarillado pluvial, que anualmente colapsa por las fuertes lluvias que causan daños en viviendas. Históricamente, en los sectores de Urdesa, Bastión Popular, Las Orquídeas, Los Vergeles, Mucho Lote, Sauces, Alborada, Mapasingue, Guasmo, Martha de Roldós, Monte Sinaí y Suburbio Oeste se presentan más inconvenientes en la temporada invernal.

A estas zonas se suman las calles Sucre, Los Ríos, Clemente Ballén, vía a Daule, Plaza Dañín, entre otras, en donde es lento el desfogue de las aguas.

Para ingenieros especializados en hidráulica, algunos con experiencia en trabajos realizados por la concesionaria Interagua, el problema se centra en 2 factores importantes: la topografía de la urbe y las limitaciones del sistema de alcantarillado.

La ciudad, que está situada a escasos 3 metros sobre el nivel de la marea, es rodeada por el río Guayas y 12 ramales de estero. En las zonas cercanas a las riberas, “cualquier excavación presenta humedad y agua”, afirmó Ángel Pincay, quien ha colaborado con la Consultora Vera, uno de los fiscalizadores de Interagua.

Para el especialista, las obras realizadas en el alcantarillado pluvial aún resultan insuficientes. Implementar una que satisfaga los requerimientos de la ciudadanía “sería demasiado costoso”, aseguró, sin precisar cifras.

Sin embargo, sugirió que algunos canales pueden ser ampliados y dragados “para acelerar el desfogue de las aguas”.

Según datos de Interagua, en la época invernal para evitar que se obstruyan son limpiados 166 canales de aguas lluvias, 72 ductos cerrados, 41 alcantarillas, 66.584 sumideros y 21.050 cámaras.

Para Miguel Cabrera Santos, gerente del Grupo Consultor Hidroestudios, uno de los aspectos más difíciles de manejar es la irregularidad de las precipitaciones.

Aunque se construya una amplia red en un sector, con una determinada capacidad de drenaje, “no hay certeza de cuánta lluvia caerá en un momento determinado”.

Señaló que son pocos los sectores (Las Acacias, Sopeña, Febres Cordero, entre otros) en los cuales las aguas bajan en forma óptima. También consideró que sería costoso solucionar los problemas de inundaciones en forma permanente, pero “aún así son escasos los sitios donde se puede conseguir eso”.

En ese sentido, los especialistas consultados recomendaron elaborar un plan que involucre varias instancias gubernamentales, Alcaldía, Gobernación, Prefectura y Estado.

En una intervención en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil (UCSG), Pedro Castro, consultor de obras hidráulicas, explicó que, entre otros elementos, se requiere profundizar los estudios geológicos e hidrológicos del cantón.

Para el especialista, es necesario proyectar la construcción de obras civiles en sectores donde sean necesarias (muros, diques, zanjas, canales, etc.) para mitigar el impacto de las lluvias.

Aunque destacó que ha mejorado la cobertura de alcantarillado pluvial en los últimos años, aseguró que aún resulta insuficiente para abastecer a la ciudad debido a que algunos colectores matrices, especialmente los más antiguos, “están casi medio metro por debajo de la marea”.

Por ello, durante una lluvia o marea alta, el ducto se obstruye y el agua en lugar de salir permanece por horas dentro de la ciudad.

El dragado del río es la mejor opción para evitar las anegaciones porque facilitaría la salida del agua, aseguró Ilfn Florsheim, vocera de Interagua.

La funcionaria recalcó que los niveles que tiene el fondo de la ría son elevados, por ello los sitios de desfogue quedan por debajo de la superficie fluvial -por tanto se obstruyen- en los aguajes. También, reconoció que todos los sectores son vulnerables en una lluvia fuerte, porque “toda la ciudad tiene influencia del río”.

Por su parte, María del Pilar Cornejo, titular de la Secretaría de Gestión de Riesgos (SNGR), atribuyó que la falla en el alcantarillado pluvial es por el crecimiento desordenado del cantón.

Cornejo manifestó que debe haber mayor apertura de la Alcaldía para elaborar un plan, junto con el Gobierno, que permita disminuir los efectos de las lluvias.

Para la titular de la SNGR, se necesitan revisar los drenajes que han sido tapados y mejorar el crecimiento urbano. “No me van a decir que el dragado del río Guayas afectará a Monte Sinaí, El Fortín o la Prosperina”, cuestionó.

El alcalde Jaime Nebot sostuvo reiteradamente que la cobertura de alcantarillado de la ciudad supera el 90% y que en 2015 será 100%. También, agregó que las obras han avanzado desde que el Cabildo asumió la competencia del servicio.

Datos

En marzo de 2013, 70 casas fueron dañadas por las inundaciones, es decir, el 2,6% de Socio Vivienda, según datos del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi). Además, se determinó que 14 propiedades (0,05%) serán reubicadas.

El Miduvi y la Secretaría Nacional del Agua señalaron la falta de obras del Municipio en Nueva Prosperina como el factor que ocasionó que se tapara el alcantarillado pluvial de Socio Vivienda.

Durante la primera semana de mayo de este año, 5 personas fallecieron a causa de una fuerte lluvia que duró, aproximadamente, 12 horas.

Moradores de El Fortín y Nueva Prosperina señalaron que en sus sectores no hay un adecuado sistema de drenaje de aguas lluvias.