Para Luis Guaraca, ayer fue un día regular en el Mercado Municipal, ubicado entre las calles Gómez Rendón, Lizardo García, Calicuchima y Abel Castillo.

La ausencia de lluvia de los últimos días en Guayaquil le permitió cargar en su espalda un canasto lleno de víveres que allí se ofertan.

El oficio de Luis, de 53 años, es el de estibador. Pero cuando llueve no puede asistir a los compradores, pues la plaza, que carece de techo, queda anegada. “Hay que caminar por los bordes que son más altos para sacar las mercaderías”, explica.

La falta de techado es solo uno de los inconvenientes que padecen los compradores y vendedores en el lugar. A ese problema se suma la falta de agua potable y de energía eléctrica.  

Feliciano Yautibub es uno de los excomerciantes informales que, en 2004, fueron retirados de la calle Pedro Pablo Gómez (PPG) y, posteriormente, trasladados a la plaza de la calle Gómez Rendón.

En ese tiempo, cuenta, el Ayuntamiento prometió que en 2 años se levantaría una infraestructura como en los demás recintos municipales. Sin embargo, ha pasado una década y siguen los inconvenientes.

María González, compradora frecuente, explica que en invierno prefiere no acudir allí, debido a que el piso, que en algunos tramos es de tierra, se vuelve resbaladizo. “Puede ocurrir un accidente en cualquier momento”, alerta.

Para paliar la situación los propios vendedores financiaron la compra de carpas para protegerse. Yautibub, quien lidera una de las agrupaciones de comerciantes, recuerda que al inicio pagaron una cuota para mantener el lugar. Luego dejaron de hacerlo, ya que no recibieron ninguna mejora.

La citada plaza posee la misma organización que los demás mercados municipales: un administrador y guardias. También, en la parte externa tiene un letrero y una fachada con similares colores. No obstante, en su descuido, en la parte interior, hay un evidente contraste.

A pesar de que existe un intento de distribución equitativa del espacio, hay zonas en las que los vendedores lucen casi hacinados.

Por ejemplo a Verónica Verdezoto, quien comercia pollos, le gustaría tener un congelador para guardar la carne. Pero no puede porque carece de energía eléctrica y debido a que apenas tiene espacio para colocar su mercancía.

En el portal electrónico del Cabildo consta el mercado como uno más de su red. Este medio intentó contactar a Gustavo Zúñiga, director de Aseo, Mercados y Servicios Especiales del Municipio, para que explique la situación de la plaza. Hasta el cierre de esta edición no hubo una respuesta.