Al Estero Salado lo estrangulan los rellenos de asentamientos irregulares
Los vecinos de las riberas del Estero Salado, en el sector conocido como Puerto Lisa, quedaron a la espera... Hace años se les prometió una reubicación para que salgan de su situación de riesgo pero eso nunca se concretó.
Las casas levantadas sobre la orilla se mantienen casi igual desde hace más de una década. En algunas, incluso, los propietarios de las viviendas de madera y caña guadúa reforzaron las bases con palos y sacos de yute rellenos de tierra y grava.
Puerto Lisa se maneja con contrastes. Mientras al sur, el espejo de agua aparece más cristalino conforme avanza hasta la Isla Trinitaria, hacia el norte, el líquido adquiere un color verde y un hedor penetrante.
Hace casi una década, el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) llegó al sector sur del Estero Salado a censar las 8.175 familias de la zona para reubicarlas en Socio Vivienda.
El objetivo era rescatar el estuario y construir un parque lineal como parte del proyecto Guayaquil Ecológico. La tarea aún está en desarrollo y, según la Subsecretaría de Gestión Marina y Costera del Ministerio del Ambiente (MAE), se mantienen problemas como las invasiones en el estero.
“Nuevas familias o casas, no hay... Lo que sí han hecho algunos vecinos es rellenar para proteger sus hogares”, relató Mario Reyes, quien vive hace casi dos décadas en Puerto Lisa.
En la zona cercana al puente 4 de Noviembre, donde termina un brazo del estero, las familias que viven en la ribera soportan los hedores provenientes del estuario. Aunque casi no hay basura, el olor proviene de los sedimentos verdosos.
Nelson Zambrano, subsecretario de Gestión Marina y Costera, reconoce como un problema persistente la aparición de rellenos en sectores residenciales del suburbio oeste “que se suman a los rellenos antiguos”.
Hace dos años existe un comité interinstitucional liderado por el MAE que se reúne cada 15 días y en él también participan la Dirección de Medio Ambiente del Municipio, Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Emapag) e Interagua para evaluar la situación del estero. Hace poco se incorporó a la Secretaría de Control de Asentamientos Humanos Irregulares por el tema de los rellenos.
Zambrano advierte que esas construcciones representan un riesgo para las familias y lo pertinente es reubicarlas a la brevedad posible para evitar nuevas afectaciones ambientales. “El estero se va estrechando y no permite que el flujo de agua suba y baje con normalidad”, detalló.
La semana pasada, la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), reunió a representantes del comité interinstitucional liderado por el MAE y otras entidades a un simposio. Allí se analizó la situación del cuerpo de agua que rodea Guayaquil y las gestiones e ideas que existen para mitigar los impactos ambientales.
Para René Rodríguez, director de la escuela de Ambiente de la UEES, la remediación del problema debe ir en dos frentes: la concienciación ciudadana y la creación de una entidad que controle y sancione de forma inmediata los delitos ambientales que se dan específicamente en el Estero Salado.
Si bien admite que el MAE ha intervenido de manera óptima “pero esto requiere una acción más coordinada con el Cabildo que, lamentablemente, no ha cumplido del todo en su gestión para cuidar el estero”.
En cambio, el MAE, Municipio y entidades académicas han realizado estudios que revelaron que el Salado seguía sufriendo una fuerte contaminación por efecto de aguas residuales domésticas e industriales. (I)
Proyectos
Inicio de gestión ecológica
Desde 2010, la Subsecretaría de Gestión Marina y Costera y Ministerio de Vivienda iniciaron la intervención del estero Salado con el censo y reubicación de las familias, la colocación de oxigenadores y construcción de parque lineal.
10 mil hectáreas de manglar existen en la reserva del Salado, es decir, el 10% del total nacional.
Mejora de alcantarillado
El Ministerio del Ambiente reconoce el plan del Municipio de Guayaquil para mejorar y ampliar el alcantarillado sanitario como parte de la mitigación contaminante en el brazo de mar.