Zonas periféricas de Guayaquil son deficitarias en espacios deportivos
Los habitantes de las manzanas A y C de la ciudadela Las Acacias, en el sur de Guayaquil, están acostumbrados a ver pasar a diario decenas de jóvenes que, desde sectores como Guangala y Cristo del Consuelo, llegan a utilizar las canchas de dos espacios deportivos en el sector.
En otros puntos donde hay canchas dentro de los parques: Acacias, Sauces, Isla Trinitaria, la situación es similar. Los espacios deportivos, la mayoría, son usados por personas que llegan de otros sectores donde no hay infraestructura.
Especialistas en urbanidad coinciden en que la planificación promovida desde el Cabildo no considera la socialización de proyectos y, por tanto, la ubicación de las obras es deficiente.
En materia de espacios públicos la ciudad está retrasada en muchos sentidos, afirmó el urbanista David Hidalgo. “El Municipio, principalmente los últimos 18 años de administración, no tuvo la voluntad política para mejorar la calidad de vida de los guayaquileños con infraestructura deportiva”, acotó.
Hidalgo agregó la falta de una política de mantenimiento y repotenciación de estos lugares, como uno de los factores que impulsa a la gente de barrios populares a movilizarse hacia otros lugares de la ciudad que, regularmente, también presentan sus propias fallas.
En ese sentido, sugirió que al momento de establecer nuevos sitios para practicar actividades físicas, se debe trabajar pensando en los barrios y las centralidades de la zona urbana de la ciudad. “Por ejemplo, un polideportivo con arquitectura de alto diseño y calidad debería estar ubicado en la parroquia Febres Cordero, en los Guasmos, Monte Sinaí, etc.”, manifestó el urbanista.
Según cifras del Municipio de Guayaquil, hay aproximadamente 3.000 parques construidos por el gobierno seccional. Es el dato al que también recurren los funcionarios de la Alcaldía cuando hablan de áreas verdes (9 m2 por habitante), aunque no se informa del porcentaje que se ocupa para los espacios deportivos públicos.
El decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Guayaquil, Jhonny Burgos, señaló que el Cabildo responde más a una demanda directa que a una programación de proyectos. “Tanto el Gobierno como el Municipio desarrollan las obras de acuerdo a las circunstancias, por necesidad de una comunidad, y no consideran estudios profundos sobre las consecuencias”, afirmó el académico.
Citó como ejemplo la obra de la Aerovía, cuya construcción implicó la destrucción de una piscina emblemática cerca del Malecón Simón Bolívar. También señaló el retiro del estadio Ramón Unamuno, ubicado en Cuenca y Los Ríos, para construir un parque. “En ambos casos se retiraron espacios deportivos, lo que orilla a los usuarios a movilizarse hacia otros sitios”, manifestó Burgos.
El docente lamentó que la academia haya quedado excluida de este tipo de proyectos. En cambio, para la arquitecta Grecia Cando, exconcejala de la ciudad, la planificación y cobertura municipal de lugares para actividades físicas al aire libre es eficiente. “Está demostrada la capacidad de organización y la capacidad de infraestructura deportiva para implementar los proyectos deportivos”, indicó Cando.
Para el desarrollo de estas obras, la exconcejala aseguró que el Cabildo maneja un cronograma que es socializado, previamente, con los habitantes.
Las peticiones son recibidas y analizadas por las direcciones de Parques y Deportes. Sin embargo, no siempre llegan a buen término, señaló Buchner Parra, expresidente y miembro de la Comisión de Skateboarding del Ecuador (CSE).
El viernes 16 de agosto de 2019, Parra participó en una marcha en la que se solicitó mejoras y ampliación de espacios para los skaters. “Nos dijeron que debemos armar un proyecto y presentarlo”, aseguró.
Lo que desanima a Parra es que no es la primera vez que dirigen oficios al Cabildo para el arreglo de estos lugares y, hasta la fecha, se mantienen en condiciones inseguras.
Puso de ejemplo las infraestructuras colocadas cerca de la Terminal Terrestre y el cementerio Ángel María Canals, en el suburbio. “En uno no hay mantenimiento y en otro falta iluminación”, denunció Parra.
En cuanto al mantenimiento de estos lugares, los académicos consultados coinciden en que tanto el Gobierno Nacional como el Municipio deben establecer un presupuesto para este rubro, porque resulta más eficiente que delegar esta responsabilidad a las comunidades beneficiadas.
Además, sugirieron mayor inclusión con espacios públicos para natación, canotaje, voleibol, boxeo, básquetbol, entre otros deportes. (I)