El turismo fluvial, la ‘tabla de salvación’ para Santay
Tras el choque de un barco que derrumbó parte del puente peatonal que conducía a la isla Santay desde el sur de Guayaquil, el pasado 12 de octubre, el Ministerio de Turismo impulsó el último fin de semana los tradicionales paseos fluviales hasta el Área Nacional de Recreación.
Esta acción se dio ante la posibilidad de que la cifra de visitantes disminuya y afecte a las casi 350 personas que habitan en la isla. También se busca minimizar una posible afectación al ecoturismo, más por la cercanía del próximo feriado por el Día de los Difuntos.
El suizo Martin Von Wyl y la alemana Katharina Filbiyer fueron parte del grupo de turistas que abordó -a las 13:30 del sábado- una de las dos embarcaciones que dan servicio de transporte náutico a la Santay. Hasta esa hora más de un centenar de personas llegaron al sector. El recorrido se realiza en un promedio de 10 minutos, dependiendo de la corriente del río Guayas, desde el Yacht Club, en la calle Tomás Martínez en el Malecón 2000, centro de Guayaquil.
Este hecho motivó a la pareja de europeos -radicados en Quito hace tres años- a conocer la isla -declarada el 10 de octubre de 2000 como sitio Ramsar- en la que se puede ver cinco especies de manglar y más de un centenar de aves.
En el sitio, perteneciente al cantón Durán, también hay otros atractivos, como la variedad de árboles típicos de ecosistemas secos y semisecos del Litoral, entre los que están el chapelí, palo prieto, porotillo, fernán sánchez, guasmo, samán, entre otros.
Para Katharina Filbiyer, observar la biodiversidad de la zona fue una sorpresa, sobre todo al llegar al sector la cocodrilera.
“Nosotros visitamos el lugar acompañados de un amigo que vive en Guayaquil y casi sin saber mucho de este sitio”, mencionó la turista. Mientras que su compañero, Martin Von Wyl , resaltó el paseo por el río, lo que le permitió conocer parte de la ciudad de otra forma.
Los extranjeros al final de la jornada agradecieron a su amigo Cristhian Escobar, quien también visitó los senderos del área.
El guayaquileño, de 45 años, afirmó que se puede mejorar la información expuesta sobre estos paseos porque existen otras empresas con recorridos similares.
“Falta más información sobre el viaje a este sitio, sobre todo en los medios de comunicación, o realizar campañas turísticas en las redes sociales, incluso en la televisión nacional. Los beneficios serán para todos”, dijo Escobar.
En el lugar, Benito Parrales, guía nativo de la isla, explicó que la Asociación de Pobladores de San Jacinto de Santay mantiene 12 cocodrilos hembras que miden entre dos y tres metros y medio.
A los turistas se les informa que si desean pernoctar en la isla Santay hay cabañas con un costo de $ 30. Foto: Karly Torres / El Telégrafo
Parrales expresó que desde septiembre hasta diciembre los reptiles ponen huevos y, en la misma época, también las iguanas del lugar.
El guía afirmó a los visitantes que existe un espacio adecuado para criar chivos. Pese a ello, estos animales próximamente serán retirados por los problemas que causan a la flora y fauna.
Kléver Medina, uno de los dos comuneros que atienden a los visitantes en el Malecón 2000, refiere que el recorrido es de ida y vuelta, incluye el guía, lo que tiene un costo de $ 5 para adultos, personas de la tercera edad y con discapacidad pagan $ 3, menores de hasta 13 años $ 2,50 y los pequeños hasta cuatro años no pagan.
Medina, de 18 años, resaltó que todo el paseo toma una hora y 40 minutos, lapso en el que recorren la zona de los cocodrilos, senderos, museo, área de artesanías, entre otros espacios.
Nely Achiote, de 21 años, y quien hace tres meses vende boletos, afirmó que tras la caída del puente peatonal hay más afluencia de personas y se espera que se mantenga.
Los horarios establecidos para visitar el área natural son de 09:00, 10:30, 12:00, 13:30, 14:30 y 16:00, a diario. (I)