Decenas de comensales llegan de lunes a sábado hasta Letamendi y Eloy Alfaro, para degustar los bollos de pescado y papas rellenas con carne que por 45 años se han vendido en el Palacio del Bollo, ubicado en el sur de Guayaquil.

Son las 08:00 del miércoles y el negocio de Isaías Mora atiende a 30 personas. El propietario del local dice que sus clientes de todos los rincones de la ciudad han comprado por décadas sus platillos.

El producto más vendido son los bollos, que en el mejor día de la semana suma 120 unidades, que tienen el valor de   un dólar.

Las papas rellenas también llaman la atención de los clientes y en un día con bastante clientela, como un sábado, las ventas,  a 1,20 dólares, alcanzan las 100 unidades.

“Nosotros comenzamos hace 45 años en un quiosco ubicado en Argentina y Eloy Alfaro, a lado de la Empresa Eléctrica”, cuenta Mora, al recordar los inicios de su negocio.

Hace cuatro años cambió su ubicación. Mora cuenta que al comenzar la construcción del Hospital del Día del IESS, los terrenos fueron vendidos al Seguro Social y el Palacio del Bollo se  trasladó a  Eloy Alfaro y Letamendi, a unas cuantas cuadras de su inicial ubicación.

El propietario del restaurante cuenta que cuando empezó, los clientes del local eran los empleados de la eléctrica, que en ese tiempo compraban las ensaladas de fruta y los jugos que vendía en el quiosco.

Diez años después el negocio diversificó su carta y sumó  las papas rellenas y los bollos de albacora, guajú y bonito.
Desde entonces el trabajo comienza a las 03:00; es cuando los Mora comienzan a picar la cebolla, a tratar el verde y el maní para los platillos. El microempresario cuenta que en esta tarea también lo ayudan dos empleados, porque el volumen de la producción creció en los últimos años y no alcanzaba a atender solo con la familia Mora.

“Todos los ingredientes de  las recetas que vendemos son frescos. Además, a pesar de mantener los precios no hemos bajado la calidad de nuestros productos”, señala el propietario del restaurante, que agrega que se identifican porque tienen la sazón de hechos en casa. “Es por ello que nuestros clientes nos siguen, aunque nos cambiamos de local”, explica Mora, y dice que el Palacio del Bollo es un negocio familiar y él pertenece a la segunda generación que trabaja en el local. Indica que sus hijos se muestran interesados por continuar con el negocio familiar, pero además tienen actividades adicionales.

El restaurante está abierto de lunes a sábado de 08:00 a 13:00. Mora cuenta que no han abierto una sucursal porque ello le demandaría más atención y no se abastecerían, por eso prefieren tener un solo local y dedicarle el tiempo necesario, para que los productos que se ofrecen a los clientes sean de buena calidad.

El propietario del Palacio del Bollo cuenta que implementar el  servicio a domicilio está entre sus planes para un futuro cercano, pero aún no lo pueden cristalizar porque están planificando la manera de que  el producto llegue caliente a su destino, para que mantenga el sabor y la calidad que lo caracteriza, tal como se lo sirve en el restaurante.