Mayor seguridad al cruzar la calle, comodidad para trasladarse de un extremo al otro y ahorro de tiempo son algunas de las ventajas que destacaron los peatones, luego de la apertura del paso que une al punto  de transferencia de la Metrovía-Río Daule con la Terminal Terrestre Jaime Roldós Aguilera,  en la avenida Benjamín Rosales, en el norte.

Danny Alvarado, un padre de familia del sector del suburbio, considera que se trata de una obra que trae muchos beneficios a las personas que -como él- deben usar a diario esta avenida. “Es una obra oportuna y que sirve mucho a los ciudadanos.

Antes daba miedo al momento de cruzar la calle, ya que siempre está  congestionada, hay bastante tráfico y generalmente era complicado cruzar”, afirmó.

Un caso similar es el de Marina Toala, quien trabaja en la vía a Samborondón y debe cruzar hasta la Terminal Terrestre para tomar un vehículo que la traslade hasta ese punto. “Antes me tocaba esperar a que cambie el semáforo y luego correr para alcanzar a cruzar. Eso era muy inseguro”, manifestó.

Sin embargo, destacó que en las noches hace falta mayor iluminación en ese sector: “Esto es muy oscuro, hay postes de luz, pero de todos modos es peligroso, especialmente en la bajada que queda al pie de la estación de la Metrovía”.

De su parte, Jenny Caballero, quien vive en la cooperativa El Limonal, en el norte de la urbe,  expresó que el puente  es beneficioso, pero que hay que recorrer un tramo largo para subir o bajar.

Este paso peatonal es una de las obras que está contemplada junto con el puente y distribuidores de tránsito de la Av. Benjamín Rosales, cuyo contratista es la compañía Hidalgo & Hidalgo. Además, está ubicado en un sector donde circula gran cantidad de vehículos livianos y de transporte público, urbano, cantonal, intercantonal e interprovincial.

Permanece abierto durante las  24 horas y posee iluminación propia en postes; en sus zonas de acceso hay escaleras y rampas para personas discapacitadas y de la tercera edad.