El Municipio de Guayaquil clausuró, en la madrugada del martes anterior, 80 locales comerciales de la  antigua terminal provisional, en el norte de la ciudad.

La orden, según consta en los sellos colocados en las puertas de los puestos, fue ejecutada por la Comisaría Cuarta municipal.

Los propietarios de los negocios rechazaron la medida y afirmaron que no fueron advertidos sobre el cometimiento de alguna infracción. De acuerdo con el adhesivo dejado por la comisaría, los comercios fueron cerrados por falta de patente municipal y tasa de habilitación.

Además, el Cabildo imputa el supuesto incumplimiento de ordenanzas. Luis Andrade, quien por 14 años ha administrado un puesto de comida en el lugar, criticó el procedimiento usado por el Gobierno seccional.

Según los perjudicados, en el operativo no hubo resistencia porque ninguno de los propietarios estaba en el lugar.

Andrade manifestó que en días recientes le han puesto trabas para obtener la tasa de habilitación. “En las ventanillas nos dicen que este sitio será desalojado”.

Los perjudicados explicaron que en la Dirección de Urbanismo, Avalúos y Registro (DUAR) notificaron que en el lugar se construirá un hospital del día.

Xavier Guzmán, quien trabaja en este espacio hace 8 años, aseguró que la Junta de Beneficencia de Guayaquil (JBG), dueña de los terrenos, fue informada por el Cabildo que hasta la próxima semana tiene plazo para abandonar el sitio “caso contrario procederán al embargo”.

El 21 de febrero de 2008, el Concejo Cantonal aprobó la venta de los 10.509,47 metros cuadrados de la terminal provisional, a la JBG, por $ 846.012,34. En aquella sesión, el alcalde Jaime Nebot puntualizó que los predios serán usados para un hospital y un centro comercial de boticas, implementos médicos, etc. “No para otro tipo de actividades”.

Este diario intentó contactar a la DUAR y a las autoridades de la JBG para conocer detalles de la clausura de los locales, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.