La entrega de los parques y áreas verdes en comodato o mediante convenios, tanto a empresas privadas como a asociaciones barriales, es una práctica que mantiene el Municipio de Guayaquil en el régimen del Partido Social Cristiano y Madera de Guerrero.

La idea de este tipo de administración municipal es que los ciudadanos y compañías se encarguen del mantenimiento de esos sitios de esparcimiento en la ciudad.  

Precisamente, el artículo 1 de la ordenanza de la Dirección de Áreas Verdes, Parques y Movilización Cívica,  reza que dicha instancia seccional puede “conocer y coordinar los trabajos de construcción, rehabilitación, reparación y mantenimiento de parques, áreas verdes y áreas recreativas o comunales, que fueren ejecutados mediante administración directa por la Dirección de Obras Públicas Municipales, o por contratación, concesión, movilización cívica (mingas) o cualquier otro mecanismo previsto en la ley, utilizado por la entidad”. El documento fue elaborado y aprobado en el año 2000 por el alcalde Jaime Nebot.

En La Pradera 2 los vecinos pagan $ 350 al mes a una persona encargada de abrir y cerrar el parqueEl mencionado sistema obligó a los vecinos de La  Pradera 2, hace dos años,  a  conformar  un comité Pro Mejoras antes de que se ejecuten los trabajos de construcción del parque de esa zona del sur de la ciudad.

Según Braulio Molina, secretario del comité, sus integrantes son responsables de la administración, guardianía, mantenimiento y conservación de las áreas verdes. Para lograrlo, han requerido la contribución económica del vecindario.

Así, los vecinos, para pagar a  una persona que se encargue de abrir y cerrar el parque (a las 05:30 y a las 23:30)  invierten alrededor de $ 350 mensuales. Además, cancelan $ 10 diarios a dos profesores que dan clases de bailoterapia a los moradores. “Debería haber un aporte municipal porque hay cosas que no nos alcanzan. Por ejemplo, nos rayan las paredes o las gradas y una pintada cuesta y eso no entra en el presupuesto”, opina Molina.

En Sauces 3 (norte de la urbe) está el parque La Madre, y el barrio se encarga de cuidarlo. Allí, la vecina  Vilma Sánchez Cifuentes hace las gestiones para mantener el espacio recreativo.

Por ello, la mujer solicita  materiales a los moradores, por ejemplo, para reparar un juego dañado. “Se pide la pintura, para no tener problemas de dinero y entre nosotros buscamos quién nos ayude con la mano de obra”.

En el parque La Madre de Sauces 3, los moradores ayudan con materiales y mano de obraEl convenio entre el Municipio y los moradores para cuidar las áreas verdes, se repite en San Eduardo, Colinas de la Alborada y El Cóndor, entre otras ciudadelas.

Según la Constitución (artículo 264) y el Código  de Organización, Autonomía y Descentralización (artículo 55), es competencia exclusiva de los municipios “planificar, construir y mantener la infraestructura física y los equipamientos de salud y educación, así como los espacios públicos destinados al desarrollo social, cultural y deportivo”.  

Ninguna de las dos normas restringe este tipo de administración de los espacios verdes. Pero el asambleísta Virgilio Hernández, quien participó en la elaboración del citado código, observa que se debería evitar que las empresas privadas manejen directamente los parques, pues pueden poner condiciones (como en las compañías particulares) que afecten la posibilidad de que los ciudadanos disfruten de esos espacios. “La contribución de la empresa privada se debe centrar en el pago de impuestos prediales, para que las municipalidades destinen los rubros a otras competencias”.

Por su parte, la concejal Ana Banchón (PAIS) cuestionó que el Cabildo deje el cuidado de los espacios a instituciones privadas. “La administración debe focalizarse entre la comunidad y el Municipio”,dijo.

En el caso del Parque Centenario, ubicado en el centro, Banco Pichincha aclaró en un comunicado, enviado días atrás, que actualmente está vigente el Convenio de Cooperación Cívica, acordado entre la entidad privada y el Municipio, mediante el cual la primera se encarga del mantenimiento de las áreas verdes del parque. “Esto es su limpieza, riego, poda, desbroce de maleza, reposición y reparación de especies arbóreas y otros elementos del parque...”, señala el documento.

Al respecto, Wilfrido Matamoros, presidente de la Fundación Guayaquil Siglo XXI, explicó  que si terminara el convenio, realizado en otra administración, el área retornaría a la Dirección Municipal de Áreas Verdes, Parques y Movilización Cívica, “aunque el Cabildo podría delegar la asistencia a la Fundación”.

Este medio ha solicitado al Cabildo, desde la semana pasada, que se pronuncie sobre la entrega de las áreas verdes, pero hasta la mañana de ayer no lo había hecho.