La zona céntrica, donde se expenden artículos escolares, se tornó de difícil tránsito el fin de semana. Hasta ayer, miles de padres de familia acudieron a dichos espacios para adquirir uniformes y útiles, un día antes del inicio del nuevo período escolar.

La concurrencia masiva de los compradores copó las aceras de varias calles y complicó el acceso a los locales que expendían los artículos. Por ello, comerciantes como Carolina Espinoza, quien vende uniformes, optó por colocar una silla, en plena esquina de Sucre y 6 de Marzo, y comenzó a mostrar los modelos de oferta. “¡Camisas a $ 5 y pantalones a $ 7!”, voceaba sobre un banco de plástico y con las mercaderías en la mano, que eran traídas de una tienda cercana. Cientos de ciudadanos se agolparon a su alrededor.

Clientes como Vinicio Fernández, por la dificultad de recibir una atención personalizada por la alta concentración de personas, tomó una camisa blanca y un pantalón que le probó a su hijo, sobre la ropa que llevaba puesta, en media calle.
Ante la dificultad de caminar por la acera, los peatones invadían el carril de la Metrovía, con el riesgo de ser atropellados. De su lado, agentes de la Policía Nacional aconsejaban a los compradores que observaran sus bolsos y paquetes, ya que las aglomeraciones son aprovechadas por los delincuentes para robar.

Padres de familia como Valentín Torres, quien recorrió la Bahía, explicó que no es que los ciudadanos salgan a última hora a comprar, sino que las ocupaciones laborales impiden realizar las compras con antelación. “Además, hay que buscar ‘lo mejor’ y a buen precio”.

Cerca del mercado de las Cuatro Manzanas también se observó masiva concurrencia. María Sánchez contó que salió a comprar recién porque no le habían entregado, con anticipación, la lista de útiles, y por factores económicos. La misma versión se repitió en más compradores.

La creatividad del comercio informal también afloró. Es el caso de Luis Benigno, quien vendió útiles usando de local el techo y el maletero de un carro Spark, estacionado en Franco Dávila y 6 de Marzo, en las ventanas estaban los precios de los productos. “Aquí hay más compradores”.